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Cuando Dallon y Mike regresaron de la cochera y Nicole llegó a la sala con un bowl lleno de palomitas, todos se sentaron en el sofá y comenzaron a ver la película. Ese día era un perfecto viernes en el que los tres chicos estudiantes habían disfrutado juntos la salida de la escuela hasta su camino a casa de Row. Sus planes era estar los tres viendo una buena película de acción mientras comían frituras y palomitas, aunque en el momento menos esperado llegó Dallon y se unió a ellos sólo porque estaba aburrido. No estaba mal, honestamente, pues nadie se sentía incómodo con él ahí; Brendon obviamente le hizo un lugar a su lado, Mike tampoco replicó y Nicole no se veía molesta por estar con su hermano ahí, cosa que a Naran y Urie sorprendía, pero quizá después sabrían qué había pasado entre los hermanos adoptivos.

En fin, la única preocupación ahora era que Nicole había preparado un bowl mediano de palomitas para tres personas sin contar tanto a Brendon porque su madre le prohibía comer ese tipo de botanas. Tal como ella había predicho desde que supo que Dallon se uniría a ellos, las palomitas se acabaron a mitad del filme. Tuvo ella que pausar la película para avisar que iría a la tienda por más cosas y pidió que la esperaran a que prepara todo de nuevo. Ellos aceptaron sin problema y permanecieron callados en sus lugares hasta que Nicole salió de la casa y cerró la puerta.

— A veces parece que Nicole nos deja solos a propósito. — Dijo Brendon primero.

Mike volteó a verlo porque iba a decirle algo, pero vio a Dallon negando con su cabeza y le hizo un gesto que tradujo como el inicio del plan del que hablaron en la cochera. Era hora de hacerle la broma a Brendon. Entonces el rubio asintió y fingió mirar hacia otro lado.

— Mejor para nosotros, ¿no lo crees, pequeño? — Respondió Dallon a Brendon con una voz seductora que normalmente no usaba.

Mike trató de aguantar la risa, principalmente porque jamás había escuchado a Dallon de ese modo y porque le parecía gracioso el apodo de «pequeño», que, por cierto, le iba bien a Brendon tomando en cuenta su papel en la relación con Weekes. Urie, por otro lado, se sonrojó de que Dallon se acercara demasiado a él y le hablara así aún cuando tenían a Mike muy cerca.

— N-No, no lo creo, Dallon. — Dijo nervioso, poniendo una mano sobre el hombro del mencionado para mantenerlo alejado.

— No te hagas el difícil, bebé. Debemos aprovechar el tiempo que disponemos. — Siguió con sus manos sujetando la cintura del menor para acercarlo a él.

Brendon miró a Mike; quizá todavía no los había visto, pero era imposible que no lo escuchara dado que estaba en el mismo sofá aunque sentado al otro extremo. Regresó sus ojos a Dallon y frunció el ceño. No sabía lo que el ojiazul pretendía, pero no le agradaba que hiciera eso.

— Basta, Dallon. — Dijo en voz baja. — Compórtate.

— ¿Por qué? ¿Te importa que Mike esté aquí? A mí honestamente no. — Dallon habló, por el contrario, en voz alta y se acercó a Brendon de tal modo que quedó sobre él con cada una de sus piernas a sus costados.

Al oír su nombre, el cual era una señal, Mike volteó, los vio y fingió una mueca de sorpresa.

— Pero ¿¡qué...!? — Apenas pudo decir el de cabello rubio, o al menos eso fingía.

Brendon sintió su corazón golpeando agresivamente en su pecho. Mike los había visto y ni siquiera en un modo tierno, no, sino que Dallon raramente estaba sobre su regazo —sin lastimarlo— y resultaba casi imposible quitárselo de encima. No entendía qué ocurría, cuál era el objetivo de Dallon, pero ese ya era su límite.

— Dallon, quítate. — Pidió severamente.

— Ustedes... — Siguió Mike, seguido de haberse levantado y dirigido paso a paso hacia la salida. — Nicole tiene que saber esto.

Handsome Brother •• BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora