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Nicole fue la primera en entrar, seguida inmediatamente de los otros dos.

— Avisaré a mamá que esto fue un éxito como era de esperarse y le pediré que haga una gran comida para celebrar. — Dijo ella.

— La señora Weekes cocina mejor que mi mamá. — Dijo Mike después, riendo por su propio comentario junto a Brendon. — Por eso me gusta hacer equipo con Nicole, porque su madre siempre la felicita con un banquete por la buena calificación.

— ¿Sólo por eso? — Preguntó Brendon pícaro en un volumen que sólo Mike podía escuchar. El de ojos azules se sonrojó mínimamente y le dio un leve codazo a su pelinegro amigo.

— Es lo que merecemos. — Y Nicole, quien no había escuchado nada de aquello, se giró con ellos y les mostró su amplia sonrisa. — Tenemos mentes tan brillantes y somos el mejor equipo, ¡deberían compensarnos con algo más que comida!

— ¿Hablas de dinero?

— No, pero también podría aceptar eso.

— Somos el futuro de la nación, necesitamos recursos. — Siguió Brendon el juego.

— Y lo siguiente serán asientos más cómodos en las aulas. — Propuso Mike. — Es lo mínimo que pueden hacer para mantenernos cómodos el tiempo que dedicamos al estudio.

— Y compañeros competentes. — Señaló Nicole. — Deberían reorganizar a los estudiantes por mejores niveles que sólo generaciones.

— Y acceso VIP a la cafetería. — Añadió Brendon.

— Y a la biblioteca.

— Y baños exclusivos.

— Y transporte privado.

— Y esclavos que nos ventilen en tiempo de calor.

Naran y Urie miraron a Nicole cuando dijo eso, pero un segundo después estaban riendo y considerando lo que la rubia decía. Pudieron continuar fantaseando en voz alta sobre el mundo en el que merecían vivir las personas listas como ellos, pero Leann apareció en la escena y conversó con ellos un buen rato hasta que cedió la petición de Row de preparar algo magnífico esa noche. Ansiosos, Brendon y Mike se ofrecieron a ayudar en algo.

— Podrían ir a la tienda por algunas cosas. — Les dijo la castaña con su característica sonrisa en rostro. — ¿Qué dicen?

Ellos asintieron.

— Oh, pero si ellos no saben dónde está la tienda aquí. — Una voz extra escucharon, reconociendo fácilmente que ésta le pertenecía a Dallon, el mismo chico que salía de la cocina y se acercaba a ellos. — Si tan sólo tuvieran a alguien que lo supiera.

— Yo sé. — Dijo Nicole desde su lugar.

— Tú no, Row. Eres pequeña, no los puedes cuidar.

— Cuidar, ¿de qué?

— Del peligro del mundo exterior. — Dallon, harto de la intervención de su hermana, tomó a ambos chicos de un hombro al colocarse en medio de ellos y sonrió a Leann. — Yo los acompañaré.

— Buena idea. Nicole, ven conmigo. — Y la madre de los Weekes tomó a su hija de la muñeca para llevarla con ella a la cocina. Nicole la siguió sin quejarse.

— ¿Qué cosas vas a necesitar? — Preguntó Dallon a su madre.

— Te haré una lista, en un momento te la entrego. — Y así ella se perdió de vista junto a la rubia.

Dallon miró por un momento a Mike, quien seguía viendo hacia la cocina como si esperara ver algo o a alguien. Weekes tuvo una idea y se inclinó sobre Brendon para susurrarle su plan al oído, a lo que el menor asintió y sonrió como Dallon. Ambos clavaron su mirada en Naran y él se giró a ellos confundido.

Handsome Brother •• BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora