17.1

2.7K 337 271
                                        

Bokuto

Nada más salir de la ducha me dirijo a la cocina, donde Oikawa está terminando de tomarse su bol de cereales. Cuando el chico se percata de mi presencia, me mira de arriba abajo un par de veces para cerciorarse de que sus ojos no le están traicionando. Teniendo en cuenta que nunca voy a clase después de una fiesta, puedo comprender esa reacción.

- Dime que no vas a ir a clase.

- De hecho, sí -respondo, confundido-. Cambiar para bien siempre es bueno, ¿no?

- Pues deberías recoger tus cosas rápido porque el autobús para aquí en menos de cinco minutos -dice Oikawa, dejando el bol de cereales, ahora vacío, en el fregadero junto con los demás platos sucios-. No sé si lo recuerdas, pero tu querido amigo Kuroo tiene nuestro coche en su maldita residencia.

Después de quejarme en voz demasiado alta, tal como manifiesta Oikawa, corro hacia mi habitación para coger todo lo que necesito. Siento que me he olvidado algo realmente importante, pero no me puedo detener a pensarlo demasiado porque tengo a Oikawa detrás repitiéndome que me dé prisa o perderemos el autobús, lo que significa que no llegaremos a la primera hora ni en broma. Sin embargo, si cogemos este autobús llegamos demasiado pronto, de forma que tenemos como veinte minutos de tiempo libre sin contar con los minutos de retraso con los que el profesor llegue a clase.

Justo cuando llegamos a la parada, el autobús para frente a nosotros. Ambos entramos en el autobús un poco fatigados, ganándonos una mirada de simpatía por parte del conductor, pero por suerte no está lleno, así que después de pasar nuestras tarjetas del autobús por la máquina, tomamos asiento.

- Eso ha sido intenso.

- Lo ha sido -concuerda Oikawa-. Bueno, ahora que estamos más tranquilos, ¿me explicas por qué vas a la Facultad de Derecho? No tienes tu material de dibujo, así que no intentes engañarme.

- Oh, es cierto -digo-. Le tengo que enviar un mensaje a Kuroo para que me de las llaves del coche ahora. Mmm ¿crees que se habrá acostado con Kenma? Kuroo ni siquiera se ha atrevido todavía a hacer un movimiento.

- Me dan igual esos dos ahora mismo, contesta mi pregunta -Oikawa coloca sus manos a ambos lados de mi cara para captar por completo mi atención-. Pero, si te digo la verdad, seguramente Kuroo ni siquiera ha intentado besarle todavía.

- Eso es lo que pensaba -digo con dificultad debido al agarre de Oikawa. Cuando el chico se da cuenta, me suelta la cara, murmurando un pequeño perdón seguido de una risita-. Y, respondiendo a tu pregunta, es por Akaashi. Como ni Kuroo ni Kenma van a ir a clase, quiero aprovechar la oportunidad para preguntarle si quiere salir conmigo algún día de estos.

- Quién me iba a decir que ibas a dar el paso antes que Kuroo -comenta Oikawa con una sonrisa burlona, dando pie a que me sonroje-. Sabes que me alegro mucho de esa decisión, ¿verdad?

- Por supuesto -respondo, mostrando una sonrisa nerviosa-. Me gustaría no tener pensamientos negativos, pero tengo mucho miedo de que Akaashi sea heterosexual al final. No sé si podremos ser amigos después de haberle invitado a salir porque quizás se piensa que aprovecharé cualquier oportunidad para intentarlo con él.

- La historia no tiene que repetirse -me asegura Oikawa, infundiéndome confianza con una sonrisa-. Además, has oído a Kuroo, ¿verdad? Dice que es imposible que una sola célula de su cuerpo sea heterosexual.

Ese comentario consigue que suelte una gran carcajada e, inmediatamente, me siento más relajado. Como echo la cabeza hacia atrás al reírme, mi cuello queda expuesto, dando lugar a que Oikawa vea la marca que el chico dejó en ese lugar. Para cuando consigo taparla con el cuello de mi caseta es demasiado tarde, pues Oikawa me está escudriñando con la mirada.

Habitación 212Donde viven las historias. Descúbrelo ahora