18.2

2K 332 53
                                    

Sugawara

En cuanto que entro en mi apartamento, me encierro en mi habitación. La estancia está igual que cuando la dejé unas horas atrás: todo está perfectamente organizado, a excepción del escritorio, que es una maraña de libros y hojas en sucio debido al maldito informe que tengo que entregar al día siguiente. Es cierto que todavía no lo he terminado, pero tampoco me corría tanta urgencia como para dejar allí plantado a todo el mundo.

Justamente cuando tomo asiento en la silla del escritorio, escucho el sonido de la puerta de mi habitación. No quiero ver a Daichi ahora mismo porque sé que empezaré a llorar como un niño pequeño.

Para intentar ignorarle, enciendo el portátil con la intención de continuar escribiendo el informe. No obstante, Daichi no se da por vencido, pues comienza a andar por mi habitación hasta que toma asiento en el borde de mi cama.

—No me ignores —me pide Daichi.

—No lo hago —replico, introduciendo la contraseña del portátil—. Simplemente no quiero distraerme más porque tengo que hacer muchas cosas.

Daichi exhala un suspiro.

—Por favor —suplica con voz suave—. No hagas esto más difícil.

El sentimiento de culpabilidad que me invadía debido a mi actitud infantil desaparece por completo ante ese reproche. Sin pensármelo dos veces, hago girar la silla hasta quedar frente a frente.

—El único que lo hace todo más difícil eres tú —espeto, lleno de rabia.

—Ya no sé cómo debería comportarme.

—Como con Iwaizumi o Kuroo estaría bien —respondo. Daichi no sabe qué decir, así que mira al suelo para eludir mi mirada—. Si solo quieres que seamos amigos, me parece perfecto, pero deja de mandarme a mí y al resto del mundo señales confusas, porque no es normal que Kenma preguntara eso tras haber pasado solo unas cuantas horas con nosotros.

—Eres más que un simple amigo para mí —murmura Daichi.

—Pues sé mi novio.

Daichi permanece en silencio, pero su expresión me deja más que claro, una vez más, cuál es su respuesta: ni muerto. Nuestra relación es la definición exacta de ni contigo, pero sin ti.

Habitación 212Donde viven las historias. Descúbrelo ahora