Lunes.
Jennie no recuerda haberse sentido tan emocionada antes por aquel día y si se lo preguntaban, era un día precioso. Sus clases fueron de lo más relajadas según ella, según Jisoo estaban siendo malditamente insoportables. Habían discutido su situación con Rosé de manera tranquila y como dos adultos, ambas quedaron en no meterse más en la relación de Lisa y Rosé, sin embargo ahí estaba Jennie corriendo hacia la biblioteca esperando encontrarse con la rubia ya que no le habia dicho si dejaría de ir después de que pasara lo de su discurso.
Suspiro un tanto decepcionada al no encontrar a la rubia en el sitio que habían elegido para leer y se dió la vuelta dispuesta a marcharse.
–¿Que haces aquí?– pregunto Lisa con un par de libros en sus brazos viniendo de otro pasillo.
–Dijiste que seríamos compañeras de biblioteca, no dijiste hasta cuándo acabaría eso así que, aquí estoy.– respondió Jennie un tanto intimidada por la seriedad de la menor. Nunca la había visto molesta y aunque la tailandesa luciera realmente hermosa de aquella manera no dejaba de darle un poco de miedo. Lisa asintió al recordar aquello y camino al sitio donde se sentarían. –¿Estás bien?– pregunto Jennie sentándose a su lado una vez que la rubia tomó asiento en el piso.
–Lo estoy.– respondió la tailandesa sacando su lonchera de metal abollada por el golpe que tuvo hace algún tiempo. –¿Has tomado el almuerzo?– pregunto mirando aún con semblante serio a la surcoreana.
–¿Por qué luces molesta entonces?– respondió con una pregunta la castaña sacando un par de emparedados de su mochila, si, se había tomado un tiempo en la mañana antes de la escuela para hacerlos y compartir con Lisa. –¿Pasó algo?– pregunto de nuevo sabiendo que era lo que había pasado. –¿Todo bien con Rosé?– la estaba bombardeando con preguntas y aquella última era directa mientras miraba a la rubia.
–Si, hubo un incidente en la fiesta pero todo está bien, ni Irene ni Jisoo importan.– aclaró la tailandesa recargandose contra la pared. –Mi papá me ha dicho algo, solo eso.– aseguró haciendo una mueca desviando la mirada a su lonchera, tomó uno de los sandwiches y se lo entrego. –Espero que te guste, lo prepare yo.– dijo regalandole una leve sonrisa.
–Bueno, el mío es más simple, solo tiene mermelada y mantequilla de maní.– respondió Jennie entregándole uno de los emparedados que tenía ella en su recipiente. –¿Entonces? ¿Quieres hablarme del porque tu cara de enfado?– pregunto sirviendo un poco de jugó en un vaso para entregárselo a la rubia.
La rubia no sabía si contarle o no, su padre le había dicho que sería hasta julio del próximo año, para el cual solo hacían falta un par de meses. Tenía que contárselo a alguien, aquello la tenía de mal humor y no quería desquitarse con nadie, mucho menos con Jennie que al estarla conociendo mejor comenzaba a tomarle confianza y cariño de nuevo.
–No, estaré bien.– aseguró la rubia comenzando a comer el emparedado que Jennie le había entregado.
Aquello era cómodo, ella y Lisa tomando el almuerzo en completo silencio, en el lugar que habían escogido como suyo, compartiendo lo que ambas prepararon hasta parecía romántico, nada podría romper aquella burbuja de tranquilidad.
–Mi papá obtuvo un ascenso y debemos irnos a California, en ese instituto también hay clase especial, lo obtuvo al salir en una entrevista para maestros.– dijo Lisa rompiendo el silencio, al escucharla Jennie se atragantó. Y así se rompe una burbuja de tranquilidad.
¿Irse? ¿Justo cuando estaban conociéndose mejor? Eso debía ser una broma, una de muy mal gusto si se lo preguntaban.
–¿Qué?– pregunto limpiándose las lágrimas que se le salieron al toser. –Sé lo que dijiste, pero no entiendo ¿Por qué California?– pregunto otra vez tratando de no colapsar ante aquella corta información. –Pero, es tu último año y tus amigas, todo lo que has logrado, Rosé.– Jennie negó, aquello debía ser un broma. –Lisa, yo.– dejó salir de manera casi suplicante. Lisa ladeó su cabeza un poco un tanto confundida. –Estoy tratando de ser buena para tener tu amistad y se irán, no puedo con esto.– negó pasándose las manos por el cabello. –Me he esforzado y todo se irá al diablo, eso es tan cruel.
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ASPERGER → Jenlisa.
Teen Fiction«También puedo sentir, Jennie.» Aquellas palabras se las había dicho llenas de dolor, su condición no le permitía demostrar a las demás personas lo que realmente sentía, su mirada la mayor parte del tiempo se encontraba pérdida entre algún lugar u o...