Capítulo. 24 [2/3]

9.1K 961 1.4K
                                    


La fiesta continuó por un muy buen rato, la mayoría termino llorando y en estado de ebriedad. Jennie no había bebido ni una gota de alcohol, de hecho, hasta les brindó su casa y por lo tanto todos se quedarían ahí. Cuando fue momento de llevar a Lisa a su casa, la tailandesa le pidió caminar y así fue.

Tomadas de las manos caminaron hacia la recidencia Brüschweiler, había disfrutado tanto de aquello. Lisa le había estado hablando todo el camino sobre cosas que no sabía que existían, le aclaro cualquier duda que tenía. Nunca había sentido algo así, estar caminando a mitad de la noche con alguien parecía común y cliché, pero Lisa lo hizo interesante hablando de todo lo que le apasiona e intentando sorprender a la surcoreana con alguno que otro dato curioso que vagaba en su mente.

A Jennie el corazón le dolía, tanta felicidad estaba provocándole un pinchazo en el corazón.

-¿Te quedas conmigo?- pregunto Lisa al llegar a su destino.

-Siempre.- respondió Jennie entrando junto con la menor a la casa.

Al entrar noto que todo seguía igual, al parecer no se llevarían nada a excepción de los cuadros y fotografías. Según le había contado Lisa, dejarían a Bo cuidando la casa así no quedaba abandonada y tampoco dejaban a su suerte al hombre, Marco Brüschweiler y Lisa eran un par de ángeles, Jennie no podía describirlos mejor.

-¿Te cansaste?- pregunto Jennie al entrar a la habitación de la rubia. Lisa negó cerrando la puerta tras ellas. -¿Tienes sueño?- cuestionó la mayor de nuevo y la tailandesa negó de nuevo mirándola fijamente. -¿Qué sucede?- murmuró Jennie arqueando una ceja.

La menor se encogió de hombros tomando por las mejillas a la castaña para acercarse a su rostro un poco. Jennie cerró los ojos al sentir la respiración de la más alta contra sus labios e instintivamente colocó sus brazos alrededor de la pequeña cintura de Lisa.

-Te amo.- susurro Lisa mirando muy de cerca a Jennie. La castaña seguía con los ojos cerrados hasta que la escucho decir aquello.

El corazón de la más baja comenzó a bombear de manera violenta, el cuerpo se le lleno de tantas sensaciones que su única salida fue comenzar a llorar, estaba feliz, Lisa estaba diciendo que la amaba, alguien que no eran sus amigos la amaba. Los ojos de Lisa le confirmaban que aquello era verdad, no lo había dicho por las circunstancias solamente.

-Lisa.- susurro sonriendo mientras la menor le limpiaba las lágrimas concentrada. -¿Como paso? ¿Cuando te diste cuenta?- pregunto Jennie sorbiendose la nariz sin algún tipo de pena.

-Cuando estaba rodeada por todos en la fiesta.- respondió mirándola de nuevo a los ojos. -Imaginé como sería si tú no estuvieras en esa fiesta y el pecho comenzó a dolerme, no de la manera linda, fue dolor del que no queremos sentir.- dijo después y Jennie asintió. -Entonces, mi cerebro comenzó a lanzar todas esas cosas que me haces sentir cuando sonríes, cuando lees para mí, cuando lloras y cuando me besas. Todas esas cosas que siento en el corazón, quiero sentirlas siempre y que sean causadas por ti solamente.- murmuró Lisa tomando ambas manos de la castaña para colocarselas contra el pecho. -Mi corazón estaba enamorado de ti desde mucho antes que mi mente, sólo estaba asustada y no podía confiar en ti por haber jugado conmigo, pero lograste hacer que sucediera cuando aceptaste ser mi compañera de biblioteca y pasamos tanto tiempo juntas, pude conocer a Nini, no Jennie Kim.- Lisa sonrió de manera adorable y con una de sus manos limpió las mejillas de la castaña.

-Eso se pasará cuando conozcas a alguien mejor en California, todo quedará en el olvido y yo estaré aquí esperando por ti.- murmuró Jennie con inseguridad desviando la mirada sin dejar de llorar.

-No.- corto Lisa con tono severo. -Sé que no será de esa manera, porque la mente y el corazón solo se entrega completamente a una persona.- aseguró Lisa acercando a la más baja a su cuerpo en un movimiento. -También puedo sentir, Jennie.- aseguró abrazando por la cintura a la ya nombrada. -Y es una promesa que no olvidaré nada de ti, yo volveré por ti, estaré aquí y visitaremos todos los lugares donde estuvimos juntas.- de nuevo aseguró sin dejar de verla fijamente. -Promesa.- susurro antes de besarla. A la surcoreana le fascinaba que Lisa iniciara de aquella manera los besos.

ASPERGER → Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora