Capítulo. 27 - Forgotten.

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Era libre, por fin lo era.

Su proceso de sanación completa fue de meses, duros meses para todos.

Jisoo y  Huening también habían asistido a terapias psicológicas, menos tiempo que la castaña, pero ambos mostraron su apoyo incondicional hacia ella cuando la surcoreana lo requirió.
Las cartas de Lisa habían ayudado de manera considerable, se sentía motivada para salir adelante y por fin disfrutar de su libertad.

Sus padres habían terminado bien, eran amigos de nuevo porque a pesar de haber sido víctimas de aquel sujeto no podían estar juntos de nuevo a menos que fuese para asuntos relacionados con Jennie, cada quien estaba bien por su lado.

El juicio de Yang Hyun Suk había iniciado meses después de que se reunieran las pruebas suficientes para no dejarlo en libertad jamás, había sido acusado por fraude, intento de violación, asesinato y entre otras que ella no llegaba a entender. Durante aquel juicio Audrey se mantuvo junto a Jennie en caso de que la castaña tuviese alguna crisis o ataque de ansiedad, también estuvieron Huening y Jisoo por haber sido víctimas también de aquel sujeto, sorpresivamente también estaban Dahyun, Rosé y sus amigas, Irene había llegado después gritando “Ya encierrenlo” las veces necesarias para que el juez se enfadara un poco y la hiciera callar amenazándola con que la sacaría del lugar, había logrado entrar con facilidad por, al parecer, ser una persona influyente. Cuando estaban en el fin de aquel juicio Jennie mantuvo su agarre firme en el dije que Lisa le había obsequiado, los nervios estaban a punto de consumirla por completo cuando dijeron los años que Yang Hyun Suk pasaría en prisión.

Era libre, por fin podía decir que lo era sin miedo a que las pesadillas se hicieran reales, no habría más inseguridad o miedo a que sus padres le dirigieran la palabra, había soltado las cadenas que aquel hombre le había colocado desde su niñez.

Jennie era libre.

[...]

Tiempo después, mucho tiempo después, cuando su vida y estabilidad mental estaban del todo completa, las cartas de Lisa dejaron de llegar al sexto año para ser exactos.

No había rastro de Lisa.

Mantuvo sus esperanzas y se aseguraba a si misma que la carta correspondiente al mes que pasaba llegaría pronto, no fue así, no llegaron jamás. Entonces se dió por vencida con ella, no tenía más fuerzas para seguir con aquello.

Cuando estuvo a punto de ir en busca de Lisa el destino le dió una bofetada al obligarla a quedarse, su padre había enfermado de cáncer y en todos esos años jamás lo mencionó. La enfermedad avanzo hasta que nadie pudo hacer nada, al menos las cosas con el habían quedado en el mejor estado posible. Como su madre le dijo, al ser hija única heredó todo lo que el señor Kim había forjado durante toda su vida, prácticamente tendría la vida asegurada y sin ningún problema, aún así acepto el puesto en la empresa que su madre manejaba, le ayudaría a despejarse. Jennie había pedido que cremarán el cuerpo de su padre para después poder esparcir la mitad de aquellas cenizas en el árbol donde ambos se sentaban cuando ella era pequeña, Dahyun incluso bromeaba con ella por tener medio cuerpo dentro de aquella caja y la otra mitad regada en el jardín

Su vida había cambiado, no le encontró algún tipo de sentido e incluso intento hacerlo buscando aquella chispa en los brazos de un ex compañero de universidad Kim Ji Won, el joven había estado insistiendo en una oportunidad y cualquier intento de ser más cercano a la castaña hasta que Jennie decidió darle una oportunidad. Todos habían aceptado aquella relación sin mucho entusiasmo, pero la aceptaron porque parecía distraerla de su situación con las cartas de Lisa y Lisa en sí, fue feliz por unos meses y lo acepta, pero no era lo mismo. En sus labios no se sentía tan feliz como lo hacía con Lisa, sus caricias no eran torpes y delicadas, las noches a lado del chico no le causaban las mismas emociones que la tailandesa le llegó a causar, quiso intentarlo por su propio bien.

La única en volverse loca completamente por aquella relación fue Rosé, nadie lo entendía, jamás había actuado de aquella manera. No podía compartir la misma habitación en la que estuvieran ella y su “novio” se mantenía alejada lo más que podía y de vez en cuando dejaba salir algún disparate en contra de ellos. Jennie trataba de ignorar todo aquello, no le gustaría pelear con la prometida de su mejor amiga y perderla como cuando estaban en el instituto, porque si, Rosé y Jisoo se habían comprometido un año atrás cuando la surcoreana pelinegra logro terminar sus estudios.

Había sido durante la cena con familiares y por supuesto, Jennie había estado presente por ser casi hermana de Jisoo. Había sido emotivo y precioso, quería sentirse feliz por ellas, quería celebrarlo sin ningún tipo de recelo al imaginar que Lisa y ella pidieron haberse casado y sí, Ji-won la había acompañado a aquella cena, pero no era lo mismo. Jisoo le había pedido que diseñará su vestido de novia, la mayor sabía que aquel era el sueño de Jennie y lo cumpliría, quiso oponerse pero Jisoo le dió un año para acabar con aquello, era suficiente para ella, fingió que no tenía otra opción pero desde ese instante ya había estado eligiendo telas y estilos en su mente. 

Quería estar bien, quería ser feliz y entregarse como aquel chico lo hacía con ella.

Lisa había tomado su decisión, había desaparecido sin algún aviso, tampoco podría preocuparse por si algo malo sucedio porque no era así, había descubierto a Rosé leyendo una carta reciente de la rubia, no alcanzo a leer lo que decía y no fue necesario, aquello solo hizo que su corazón estallara en tristeza, no había más problema que ella, probablemente la situación las había consumido y la menor encontró algo mejor.

Lo acepto, Lisa no sería más un problema para ella.

[...]

–Voy a matarla.– aseguró Jisoo tomando la mano de Rosé mientras caminaban. –Te prometo que voy a patearle el trasero tan fuerte que se olvidará de cualquier cosa que aprendió en la universidad.– siguió renegando la surcoreana mientras apresuraba el paso junto a su prometida.

–Tranquila mi amor, de seguro tiene una buena explicación.– trato de calmarla Rosé dejando un beso rápido en su mejilla.

–¿No pudo esperar el viaje a Australia y ya?– pregunto la mayor con aparente mal humor. –Los vestidos deben estar allá antes que nosotras, no es como si no tuviese conocimiento.– comento escuchando un suspiro por parte de la aún rubia.

Continuaron caminando por un rato hasta acercarse un poco a su destino. Jisoo estaba de mal humor, la habían interrumpido cuando estaba por tener una relajante sesión de amor y caricias con la australiana, no había otra cosa que la pusiera tan de malas en momentos como aquel y al mismo tiempo hacerla sentir bien.

–Hola.

A excepción de esa persona que las estaba saludando con alegría y culpabilidad.

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