ASPERGER → Jenlisa.

Capítulo. 29 - You're my only compass

Era un nuevo día y se sentía más que feliz.

Había pasado la mayor parte de la noche compartiendo besos y caricias con Lisa, ambas se habían puesto al tanto de lo que sucedió con sus vidas desde la última vez que se vieron. La menor le había explicado cómo es que la muerte de su gato Leo la había inspirado a tomar médico veterinario, también le había explicado las formas de llamarle podría ser veterinario, médico veterinario o médico cirujano veterinario entre esas explicaciones le aclaro la diferencia entre un médico veterinario y un zootecnista es que en algunos países de Latinoamérica, se dedica a la productividad agropecuaria. Con mucha paciencia y pasión estuvo respondiendo todas sus dudas mientras compartían caricias.

Jennie debería sonreír por esos momentos de felicidad y amor con la tailandesa pero había un motivo que no la dejaba estar. Rosé le había obsequiado un teléfono celular a la menor y esta se lo pasaba hablando con la australiana dejándola de lado algunas veces. No tenía nada contra Rosé, tampoco desconfiaría de ellas a pesar de que fueron pareja, la rubia estaba por casarse con su mejor amiga y debería dejar de pensar así, tal vez Lisa tenía cosas que contarle.

Como si la hubiese llamado con la mente, la tailandesa entro al local que estaba rentando con un par de bolsas en sus manos. Jennie estaba odiando que aquellos trajes le quedasen tan perfectos, ¿Por qué no solo volvía a las sudaderas?, verla con traje aquellos días solo la mantenía distraída o pensando en ciertas cosas.

–Te traje el almuerzo.– comento la tailandesa colocando las cosas en una mesa que Jennie tenía a su lado. –¿Estás molesta, pequeña?– pregunto Lisa mirando el entrecejo fruncido de la castaña, quería tomarlo en serio, pero su parecido con los felinos era encantador y la llenaba de ternura.

–¿Dónde estabas?– pregunto Jennie dejando en su delantal el hilo y aguja que tenía en las manos. –Dejame responder, estabas con Rosé.– dijo antes de rodar los ojos y dejar salir un bufido.

–¿Estás celosa?– pregunto Lisa sonriendo ampliamente. –¿Crees que me escabullo con Rosé por ahí para recordar los viejos tiempos?– pregunto Lisa con tono burlesco y la mayor solo arqueo una ceja.

–¿Sólo has venido a burlarte de mi?– pregunto la surcoreana frunciendo el entrecejo en señal de molestia y retrocedió un paso cuando Lisa sonreía de lado mientras intentaba acercarse a ella. –¿Q-qué?– pregunto nerviosa mientras seguía retrocediendo. –No... Lisa.– apunto hacia la menor cuando la miro con intensidad.

Sin obedecerla ni un poco, la menor la tomó por la cintura una vez que la castaña se topó con la pared en su intento de huida y justo como la tomó por la cintura también la beso. Tenía que dejarle saber a la surcoreana que cualquier cosa que estuviese sintiendo o pensando eran por ella y no por alguien más.

–Lisa.– dejo salir Jennie más como gemido que como otra cosa cuando la tailandesa seguía besándola con aquella intensidad.

Tenía que hacer que se detuviera, su cuerpo ya estaba ardiendo en deseo solo por sentir aquel firme agarre de la menor en su cintura y por el beso tan intenso que había iniciado, aquel lugar tenía una enorme ventana por donde podría verlas cualquier persona e incluso podría entrar en el cualquier persona, como aquel chico con un ramo de flores que veía la escena desde la puerta.

–¿Jennie?– alzó la voz el muchacho queriendo estar alucinando.

–B-bobby.– murmuró la surcoreana aclarandose la garganta una vez que Lisa se apartó a regañadientes de ella. –¿Qué... ¿Qué haces aquí?– pregunto agitada limpiándose el brillo labial corrido de ambas que probablemente tenía en el rostro.

–Quería hablar sobre el mensaje que me enviaste, una ruptura por móvil no tenía mucho sentido, ahora veo el motivo.– dijo él mirando a Lisa con recelo y la tailandesa sonrió levantando la mano.