El otoño iniciaba y Rosé estaba más que emocionada. Cualquier persona que estuviese cerca suyo lo sabía, amaba los paisajes que aquella estación le regalaba, parecía melancólico y relajante sentarse a observar como los árboles se pintaban de colores naranja y rojizos mientras bebía un poco de café o chocolate caliente, la mayoría del tiempo su guitarra, su libreta de ideas y Jisoo la acompañaban a tomar aquellas puestas de sol. Después llegaba el invierno, durante esa estación del año se dedicaba desde los inicios a tejer alguna bufanda o gorros para Jisoo, era una rutina que había tomado desde que conoció a la surcoreana, podría decirse que fue una de las muchas cosas que hizo que la pelimorada terminase rendida ante Chaeyoung. Este año se tomaría el tiempo para hacer algo para Lisa y retomar su amistad o pedirle disculpas por haber hecho algo mal.Y sin dejar el asunto de lado, la situación con Lalisa se había tornado extraña, comenzaron bien, jugaban ajedrez y Lisa le permitía acercarse e intentar charlar con ella, incluso le regaló un par de dulces que su padre le había conseguido, después de eso la tailandesa solo la evadía e intentaba huir cada vez que la veía. La última vez que hablaron un poco se sintió realmente mal y decidió alejarse, aquello era extraño, justo como lo que venía sucediendo de un mes a la actualidad. Cuando intentaba buscarla en su clase especial le decían que Lisa no estaba disponible o cuando intentaba buscarla donde su padre, le informaban que el señor Brüschweiler tomaba el trabajo desde casa ese día, incluso llegó a visitar su casa, pero nunca había señales de que siguieran ahí, necesitaba respuestas y nadie se las daba.
Ese día se armo de valor y volvió a dónde la clase especial, aprovecho que la hora del almuerzo había llegado y los alumnos de dicha clase no salían al comedor normal. Las pocas veces que hablo de manera constante y fluida la tailandesa mencionó a Dahyun, su amiga de cabello mágico o algo así dijo Lisa. Al localizar a la chica de cabello color menta se acercó de manera tímida y toco levemente su hombro llamando la atención de otras dos personas que estaban con ella.
–Hola, ¿Eres Dahyun?– pregunto jugando con sus manos sientiendose nerviosa. La chica de cabello menta se levantó quedando a centímetros más bajo suyo en un intento de intimidación. –Soy Rosé, quería saber si tú tenías información de Lisa.– murmuró mirando la ceja arqueada de la chica frente a ella y frunció el entrecejo al escucharla bufar y reír de manera sarcástica.
–Oh, créeme que sé de sobra quién eres.– aseguró haciendo que Rosé retrocediera un paso para poder verla mejor. –¿En serio quieres saber de Lisa? ¿Quién te envío? ¿Jennie?– pregunto ladeando la cabeza y Rosé negó confundida.
–No, he venido por mí cuenta, no sé de Lisa desde hace mucho y estoy un poco preocupada.– hablo de manera sincera intentando hacer que Dahyun viese su preocupación.
–¿De verdad?– pregunto riendo. –Porque me parece muy buena estrategia por parte de Kim enviarte a preguntar por el estado de Lisa, digo, tú cara de no matar una mosca podría convencer a cualquier persona, pero Dahyun sabe de esa mierda y no me convences.– aseguró cruzándose de brazos y Rosé la miró con más confusión. ¿Qué demonios sucedía con esa chica?
–De verdad, lamento decirlo, pero no entiendo de qué hablas.– murmuró avergonzada. La pelimenta parecía molesta.
–Te daré un motivo para que estés confundida.– gruñó acercándose un paso hacia Rosé, siendo alejada por alguien más rápidamente antes de que lograse llegar a la australiana, comenzó a forcejear. –¡Suéltame Tzuyu!– ordeno forcejeando con la chica que la sostenía por la cintura. –¡Suéltame, haré que sienta el mismo dolor que Lisa sintió!– seguía intentando soltarse y Rosé sintió el enojo repentino recorrerle el cuerpo.
–Deja que se acerque y haga lo que dijo, pero después tienes que decirme todo lo que sabes de Lalisa.– ordeno Rosé con seriedad mirando fijamente a la chica de cabello llamativo. –Haz lo que tengas que hacer Dahyun, necesito saber qué sucede con ella.– pidió acercándose a la más baja haciendole saber que no había ido hasta ellas para jugar a las niñas rudas.
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ASPERGER → Jenlisa.
Roman pour Adolescents«También puedo sentir, Jennie.» Aquellas palabras se las había dicho llenas de dolor, su condición no le permitía demostrar a las demás personas lo que realmente sentía, su mirada la mayor parte del tiempo se encontraba pérdida entre algún lugar u o...