Había sido un día realmente pesado para Jennie, agregándole que había recibido varias amenazas de las amigas de Lisa o eso pensaba, las conocía, al menos a unas cuantas. Ella misma se había encargado de difundir la noticia sobre Dahyun ingresando a la clase especial por su déficit de atención al cual lo había agravado con un par de mentiras, también conocía a Naeyon, bastante bien, ya que en una fiesta de Kai se había pasado bastante tiempo entretenida compartiendo caricias con ella cuando el calor del alcohol las golpeo, también estaba Jeong Yeon o algo parecido solo conocía a su madre porque era quien se encargaba de hacerle el cabello, lo cual hacía bastante bien. Las demás chicas las conocía de vista, no se había tomado el tiempo de investigar sobre ellas, pero sabía cómo deshacerse de ellas si llegaban a meterse en su camino. Si eran lo suficientemente inteligentes, harían lo mismo que Naeyon, mantenerse calladas y olvidar cualquier cosa que la perjudique.–¿Jisoo?– llamo entrando a la cocina, pero la pelimorada no estaba ahí. –¿Estás en casa?– continuó gritando antes de llegar a la habitación frente a la suya. –Hey, estaba buscándote para almorzar... ¿Qué haces?– pregunto entrando a la habitación de la mayor cuando esta no le dió señal de vida.
–Volveré a la casa de mis padres.– respondió sin dejar de hacer sus maletas.
–¿De qué hablas? ¿Por qué te vas?– pregunto de nuevo Jennie un tanto confundida.
–Creo que es momento de irme, no lo sé, también es momento de que crezcas y te hagas responsable de ti misma.– la voz de la pelimorada sonaba tan apagada y distante que Jennie sintió como aquella frialdad se le instalaba en el pecho.
–Ya veo, sigues enojada por lo de Chaeyoung.– dejó salir un bufido y se recargo en el mueble a lado de la puerta. –Vamos unnie, ya pasaron varios días, hay más chicas.– aseguró mientras rodaba los ojos tratando de restarle importancia y escucho una risa casi sarcástica por parte de Jisoo.
–¿Estás hablando en serio?– pregunto Jisoo volteando hacia donde la chica de ojos felinos. –Toda esta mierda es tu culpa Jennie.– aseguró empuñando sus manos con fuerza. –Debiste quedarte callada cuando te lo pedí, pero no lo hiciste, preferiste romper lo único bueno que podría tener en toda mi vida y...– Jisoo prefirió guardar silencio y seguir a lo que hacía con su ropa. Jennie no entendería nunca lo que Rosé significaba para ella.
–Ella me atacó primero, solo estaba defendiendome, lo haría con cualquier chica.– respondió la castaña cruzándose de brazos. Jisoo se volteó de nuevo de manera rápida y negó un tanto decepcionada.
–Ella no era una chica cualquiera Jennie, Rosé es el amor de mi vida.– aseguró sintiendo un nudo en su garganta comenzando a formarse. –Es la única persona que se tomó el tiempo para conocerme, teníamos una relación de años Jennie, en tres días no se olvida una relación como la que tuve con ella ¡Debí detenerme cuando me lo pidió!– arrojo con furia el cepilló en su mano contra el piso haciendo que aquel objeto se partiera en varios pedazos y suspiro tratando de calmarse, gritar no serviría de nada. –Era algo tan simple como dejar de hacerle la vida imposible a los demás.– gruñó con enojó metiendo el resto de sus cosas a las maletas. –Pero no cerraste la maldita boca, jennie.– soltó antes de sollozar de manera audible.
Nunca había escuchado a Jisoo llorar de aquella manera, siempre la había visto fuerte e inquebrantable. Jisoo era su ejemplo de fortaleza siempre, el estado en el que se encontraba por su culpa era bastante lastimoso para su vista, había hecho llorar a la única persona que le había dado su ayuda y amor incondicional, como prueba de ello se mudó a ese departamento siendo apenas una niña de 15 años solo para no dejarla sola y cuidar de todas sus crisis nocturnas.
–Chu, déjame solucionarlo, puedo hacerlo.– aseguró tratando de acercarse pero Jisoo se lo impidió poniendo una mano frente a ella. –Jisoo.– murmuró suplicante.
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ASPERGER → Jenlisa.
Teen Fiction«También puedo sentir, Jennie.» Aquellas palabras se las había dicho llenas de dolor, su condición no le permitía demostrar a las demás personas lo que realmente sentía, su mirada la mayor parte del tiempo se encontraba pérdida entre algún lugar u o...