Con el ojo moratonado Lisa ignoraba a su padre frente a su clase dando una charla algo que quería involucrar a los "especiales" del instituto. Se sentía como un fenómeno de circo cuando les llamaban de aquella forma, era una clase avanzada ¿Por qué demonios no le llamaban así y punto?-Y como saben, sus compañeros del último grado han comenzado su temporada de exámenes para ser admitidos en alguna universidad de aquí o el extranjero.- continuó su padre mientras ella se centraba en la tarea que no había hecho, si, también tenía esos olvidos. -Junto a sus profesores y representantes estudiantiles llegamos al acuerdo de pedirle a alguno de ustedes escribir algún pequeño discurso para motivar a los que están por salir, sería un lindo detalle y gran muestra de apoyo.- aseguró. -La elegida ha sido Kim Dahyun.- informo su padre y sintió ganas de reír.
-¿Por qué yo?- pregunto la pequeña con cabello rojizo. -Odio a la mayoría de esos bastardos.- dijo con sinceridad recibiendo un regaño por parte de la profesora. -¿Por qué no Huening? el solo ha estado un año aquí, tiene menos odio hacia ellos o Momo, ella no odia a nadie, yo los odio a todos.- aseguró en tono de protesta. -Lisa escribe preciosas las despedidas y discursos, ella ganó el concurso de ¿Cómo se llama?- pregunto chasqueando los dedos. -Ya sabe, eso donde recitan y cosas.- haciendo un ademán con las manos le restó importancia al asunto del nombre.
La rubia mencionada levantó la cabeza y miro hacia su padre cuando Dahyun continuaba hablando disparates, observo unos segundos sus ojos y descubrió la inseguridad en ellos. ¿Que demonios le sucede? ¿Por qué seguía inseguro si ella había demostrado ser capaz de muchas cosas? ¡Había tenido una pelea el día anterior y tenía un moraton para comprobarlo. Tomó toda la cólera que sentía correrle por las venas y se colocó de pie.
-¿Tampoco crees que pueda hacer eso?- pregunto con seriedad mientras lo miraba fijamente. -Acepto, escribiré para ese grupo de hipócritas la mejor maldita despedida y mensaje de motivación, director Brüschweiler.- aseguró tomando asiento de nuevo.
Todos la miraban sorprendidos, Lisa había soltado una maldición en voz alta y frente a su padre, parecía haber estado tomando confianza. Por otro lado Marco asintió aún sintiéndose terriblemente culpable por haberle hecho saber a Lisa que sentía un poco de dudas en cuanto su pequeña teniendo una vida amorosa estable, estaba aterrado, Lisa estaba dando cambios bruscos y demasiado rápidos, el mismo día le había confesado tener una relación con una chica y más tarde había recibido un reporte donde aseguraban que Lisa le había roto la nariz a una de las alumnas mayores.
-Bien, me retiro.- dijo mirando por última vez a su hija. -Tengan buen día, jóvenes.- se despidió antes de salir del aula.
Ese mismo día unas horas más tarde la rubia busco la biblioteca de la escuela, ni siquiera sabía que tenían una de esa ya que la mayoría ahí parecía no tener ningún tipo de interés por la lectura. Tenía que buscar algún libro con alguna frase buena para decirla en aquel discurso que por pura rebeldía tenía que escribir, retar a su padre de aquella manera no parecía tan buena idea ahora, estaría frente a todos los que alguna vez se burlaron de ella deseándoles suerte, al menos eran sus últimos meses.
-Necesito un libro.- murmuró Lisa frente a la encargada del lugar y la mujer la miro con una ceja arqueada. La rubia se sintió ofendida cuando la mujer sin decir palabra alguna señaló a los enormes estantes repletos de libros.
La chica con mirada felina desvió su andar hacia donde la despistada tailandesa se había dirigido, no es como si estuviese detrás suyo siempre, quisiera acosarla o alguna otra cosa, simplemente le pareció haber visto una enorme mancha en su rostro y quería asegurarse de que no había sido víctima de alguna broma. Al entrar aquel desconocido lugar y buscar con la mirada algún rastro de Lisa frunció el entrecejo jurando mentalmente haberla visto entrar a la biblioteca.
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ASPERGER → Jenlisa.
Teen Fiction«También puedo sentir, Jennie.» Aquellas palabras se las había dicho llenas de dolor, su condición no le permitía demostrar a las demás personas lo que realmente sentía, su mirada la mayor parte del tiempo se encontraba pérdida entre algún lugar u o...