–Nini, necesito un poco de agua.– escucho Jennie a la distancia, casi como en un túnel. –Tengo sed, ¿Podrías darme un poco de agua?– escucho de nuevo.
Quería enfocar la vista en la menor, no recordaba haber visitado a Lisa o invitarla a su casa. Cerraba los ojos con fuerza intentando aclarar su vista y dejar de ver tan borroso, pero parecía imposible, sentía los párpados pesados.
–¿Jennie?– murmuró Lisa y la mayor puso sentir como le acariciaban el rostro.
De pronto aquello borroso se fue siendo reemplazado por una luz que la encandiló entonces pudo ver a la menor a su lado. Le sonrió ampliamente y asintió al parecer feliz de que la castaña despertará por fin.
–Lisa, ¿Dónde estamos?– pregunto la castaña mirando hacia los lados.
No conocía aquel lugar, tampoco podía moverse completamente, sentía como sus piernas y brazos eran recorridos por un tipo de hormigueo entumecedor. Fijo su vista en el enorme cuadro situado en aquellas viejas paredes y trato de levantarse, era su vieja casa.
–Bienvenida, pequeña.
Aquella voz la hizo sentir helado y un escalofrío recorrió su cuerpo, Lisa se mantenía a su lado hasta que aquel asqueroso hombre extendió su mano hacia ella.
–¡No! ¡Lisa, vuelve aquí!– grito la mayor desesperada al ver que la tailandesa caminaba hacia donde estaba aquel sujeto. –¡No la toques! ¡Lisa!– trato de ir por la menor pero él la hizo caer al piso de nuevo. –¡Lisa!– grito de nuevo cuando Yang Hyun Suk tomó a la menor con brusquedad del brazo.
–¿Creíste que podrías olvidarme?– pregunto antes de reír, aquel sonido la hizo estremecerse. –¿De verdad pensaste que podrías dehacerte de mi?– pregunto el hombre con violencia.
–¡Por favor déjala! ¡No la toques!– grito nuevamente Jennie sintiendo como el pánico se apoderaba de ella.
La carcajada burlesca de aquel hombre resonó en aquellas vacías paredes y Jennie solo pudo cubrirse los oídos mientras intentaba calmar sus sollozos. En un intento de levantarse y correr hacia Lisa, la rubia cayó desplomada al piso, la castaña observo al hombre con las manos ensangrentadas y un grito ensordecedor salió de su garganta. La tailandesa estaba en el piso con la ropa completamente llena de sangre mientras que aquel hombre no dejaba de reír.
–¡Lisa!– grito Jennie alertando a Jisoo y Huening.
–Jennie, despierta soy Jisoo.– dijo la pelinegra agitando las manos de la castaña.
–Chichoo, no la muevas tanto, le harás daño.– aseguró Huening cuando Jisoo tomó de los hombros a la castaña y comenzó a agitarla en un acto de desesperación al no verla reaccionar.
El menor se colocó del otro lado de Jennie y la acercó contra su pecho asegurandola en un abrazo, comenzó a mecerse junto al cuerpo de la surcoreana mientras le acariciaba el cabello. Jennie por su parte intentaba dejar de sollozar y hacerse entender que fue solo una pesadilla.
–Unnie, ¿Estás bien?– pregunto el castaño y Jennie asintió antes de apartarse.
–No puedes llamarme unnie, no eres chica.– murmuró Jennie limpiándose las lágrimas.
–¿Quién dijo?– pregunto Jisoo arqueando una ceja. –¿No me digas que ahora sigues todo lo que se te dicta y prohibes que los chicos utilicen términos que solo las chicas “deben” usar y viceversa?– la más baja negó haciendo un puchero y Jisoo sonrió victoriosa. –Entonces deja de ser una boba y deja de querer corregir a todos e intentar parecer intelectual.
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ASPERGER → Jenlisa.
Teen Fiction«También puedo sentir, Jennie.» Aquellas palabras se las había dicho llenas de dolor, su condición no le permitía demostrar a las demás personas lo que realmente sentía, su mirada la mayor parte del tiempo se encontraba pérdida entre algún lugar u o...
