Tailandia.Era tal y como Lisa se lo describió en sus historias aquellas noches dónde podían quedarse despiertas hasta altas horas de la noche, solo no le contó un detalle, sus amigas con finta de supermodelo que la habían raptado un día después de llegar.
¿Qué si estaba celosa? ¡Por supuesto que lo estaba!
Aquella chica de nombre Diana parecía estar más que enamorada de su Lisa y eso sacaba su inseguridad, era alta de figura esbelta sin mencionar lo preciosa que es.Jennie se había quedado sola en casa de los abuelos de Lisa con el "llegare en unos minutos" que se habían vuelto horas de pensamientos prácticamente tóxicos y rabietas. La videollamada de Dahyun reclamando por la boda en Tailandia la había entretenido, y aunque en esa invitación estaban también un par de boletos de avión Dahyun mostró su molestia antes de los agradecimientos.
Había salido a conocer el enorme jardín deteniéndose a la mitad al recordar que la menor le había dicho que ambas visitarían a su madre, así que se sentó en el pórtico de la casa a observar de lejos el lugar, era hermoso y lleno de naturaleza, casi podía sentir el mismo olor a flores que había en la casa de Lisa en Corea. Volteo a un lado al notar la presencia de alguien más y se colocó nerviosa al darse cuenta que era el abuelo de Lisa, la rubia la había dejado sola en aquel lugar siendo que las únicas palabras en tailandés que había aprendido eran un "Hola, cómo estás". Mataría a Lisa cuando volviera.
-¿Disfrutando de la vista?- pregunto el hombre a su lado en perfecto coreano sin dejar de mirar hacia donde la castaña miraba también.
-Es un lugar precioso, ahora entiendo la adoración de Lisa por la naturaleza.- respondió Jennie dejando salir un suspiro. -No sabía que usted podía hablar coreano tan bien.- comento echando un vistazo al hombre antes de ver hacia los árboles de nuevo.
-Aprendí bastantes idiomas en mi estadía en el ejército de Tailandia.- dijo el anciano antes de mirar a Jennie. -¿Algo que te preocupe?- pregunto con confianza y Jennie negó. -Puedes charlar con este viejo, entiendo los problemas de las chicas, por eso la abuela aún sigue conmigo.- comento riendo. -Ahora eres parte de la familia, pequeña.- aseguró desviando la mirada y Jennie apretó sus puños. Estúpida Lisa.
-Lisa ha estado demasiado tiempo fuera, solo es eso.- dijo Jennie evitando cualquier otra información. -Ya sabe, un poco de preocupación y eso.
-¿Es por la chica con la que salió?- pregunto de nuevo el mayor y la castaña hizo una mueca. El hombre sonrió ampliamente y asintió entendiendo. -Diana ha estado enamorada de Lisa desde hace tiempo, justo cuando mi pequeña volvió hace unos años de California.- comento el sujeto haciendo que la inseguridad de Jennie se eleve y sus dudas se aclaren.
-Pude notarlo.- dijo la surcoreana sin ánimos.
-Pero Lisa siempre le dejo muy claro que su corazón le pertenecía a alguien más, incluso le hizo saber que se casaría contigo mucho antes de que tú lo supieras.- comento él haciendo sonreír a la castaña. -Ella te eligió para que tengas su corazón, Jennie.- aseguró el mayor. -Incluso ella lo menciono con emoción antes de salir de Corea, en las vacaciones navideñas que ella y Marco estuvieron aquí.- continuó recordando con una sonrisa aquel día en el que Lisa no paraba de hablar sobre Jennie.
-¿De verdad?- pregunto Jennie sonriendo ampliamente.
-Ella corrió hacia mi y con emoción me dijo, "Pa, mi corazón eligió a alguien para amar. Es una chica, se llama Jennie Kim y tiene pequeños ojos como los de un gato."- recordó el hombre de cabello blanquecino sin dejar de sonreír. -Temía que su abuela y yo nos molestemos porque su corazón eligió a una chica y no a un muchacho, pero solo pudimos reír de felicidad al saber que nuestra pequeña estaba conociendo el amor y que hablaba con mucha ilusión.- aseguró mirando a Jennie. -Entonces nos explicó cómo la hacías sentir, como su corazón se aceleraba y tenía un cosquilleo en el estómago, también mencionó una dulce melodía que estaba en su cabeza cuando leías para ella. Los ojos de mi pequeña brillaban como dos estrellas fulgurantes mientras hablaba de la magnífica chica de ojos felinos, con ella cargaba una fotografía y la presumió a toda la familia e incluso a los amigos cercanos de la familia.- aseguró el mayor con una sonrisa. -En ese momento supe que Lalisa sentía un amor genuino e inocente por ti, puso Tailandia de cabeza cuando no supo que obsequiarte esa navidad.- contó el mayor antes de reír. -Fue un gozo verla tan llena de vida esa vez.- dijo él mirando hacia donde estaba aquella choza o más bien cabaña rodeada de hermosas flores y árboles.
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ASPERGER → Jenlisa.
Novela Juvenil«También puedo sentir, Jennie.» Aquellas palabras se las había dicho llenas de dolor, su condición no le permitía demostrar a las demás personas lo que realmente sentía, su mirada la mayor parte del tiempo se encontraba pérdida entre algún lugar u o...