Reacciones nuevas

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Capítulo III: Reacciones nuevas.

Connor

Huir es lo más excitante que existe, desde que sientes eso en la boca del estómago, es como mágico e irreal, creo que esa es la emoción que busco siempre, algo que me haga sentir vivo, el hecho de escapar me gusta. Durante el trayecto me voy lentamente para poder ver a Sami.

Estoy algo preocupado por Zack, no me contesta las llamadas y Sami tampoco porque su celular está aquí. Ese es otro idiota, no sé  para qué tiene uno si no lo trae con él.

Toco la bocina cuando los encuentro, eso me da alivio por un momento antes de percatarme que solo veo a tres personas, se con exactitud qué es Sami por cómo camina y Nikki, pero la otra figura que va por detrás se aprecia como una chica.

Es un lindo culo es el que se aprecia desde donde estoy.

Sonrío antes de quitar esos pensamientos, porque me doy cuenta de que Zack no está con ellos y eso me fastidia.

─Suban. ─les ordeno molesto al notar que Zack no está.

Dios quiera que lo hayan agarrado los policías, porque si lo encuentro se llevará el sermón de su vida, quizás unos golpes pero nunca llegaría tan lejos con él. Las chicas se sientan atrás dejando a Sami de copiloto. Miro por el espejo para ver quién es la chica rubia.

¡Joder! No sé si estoy molesto de que Zack no esté realmente.

Creo que Dios me odia o me ama mucho por tráela justo bajo mis narices. Eso me intranquiliza un poco ya que cuando la vi antes, no dude en apreciar lo hermosa que era y que no debía de existir en este mundo.

¿Qué hago ahora que está aquí y sé que es de carne y hueso?

─Hola, Kilian. ─me saluda la pelinegra de ojos azules.

Nikki es como mi hermana pequeña. Irritante y empalagosa. No puedo enojarme con ella, pero es un dolor de culo, es el mío en especial. Gracias a mí se conocieron Sami y ella desde hace cinco años, no fue hasta hace tres años que ellos son novios oficiales.

─Hola. ─digo un poco cortante mirando por el espejo viendo como la rubia rueda los ojos por mi frío saludo.

No estoy de humor para ser amable hoy, aunque gané y la niña rubia me hace sonreír idiotamente, tampoco cambia las cosas con Zack que seguirá siendo el mismo niño estúpido, pero ella, ella mejoro bastante mi humor, creo que nadie me ha hecho ese gesto en mi vida o en mi presencia.

¿Será muy común para ella ver personas así como yo? Cuando todos están ya arriba arranco, niego aun pensando en que rodó sus ojos por mi estúpida actitud. Con una sonrisa por la niña caprichosa de atrás conduzco con prudencia sin llamar la atención.

¿Creerá que soy siempre así? ¿Un idiota, un enojón y mandón de mierda que pasa por encimas de todos? Posiblemente.

─¿Qué es lo que te hace tanta gracias? ─me rio a carcajadas y niego con la cabeza.

─No es nada ─respiro hondo para calmarme.

Muerdo mi labio para no seguir riendo. Además, no pienso decirle que la niña caprichosa me hizo el día. Ni siquiera tiene lógica. No dicen nada al respecto por mi comportamiento, ya que me conocen muy bien.

─¿Viste por dónde se fue Zack? ─le pregunto a Sami.

─Si, se subió a un auto, no te preocupes por él ─busca algo en la guantera─. Aquí estás.

Saca su celular y niego con la cabeza porque siempre se le olvida. Miro por el espejo retrovisor y sus ojos que ahora sé que son verdes me cautivan de una manera que jamás me había pasado.

EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora