La tormenta...

37 3 0
                                    

Capítulo V: La tormenta...

Connor.

Si no hubiese sido por Dan, no se que habría hecho, quizás cualquier otra estupidez. Es la primera vez que me ven llorar de esta forma, fue un acto reflejo abrazarme, pero ayudó a calmarme. Dejé de llorar cuando mi hermano y yo nos quedamos solos y me prometí nunca más volver a hacerlo, pero lo he hecho muchas veces, más de las que quiero admitir, pero no así, no de esta forma y véanme ahora llorando como una nenita.

Desde que supe de la existencia de Dakota no la conocí enseguida, pero no hace que no la quisiera enseguida de verla. Antes de ella creí que estaba solo en el mundo, ella era lo único que me quedaba en un mundo de mierda como este. La conocí cuando tenía dos años de vida, era la cosa más adorable que había visto en mi vida, logro robar mi corazón y unir los pedazos que estaban rotos.

Debo verme muy mal para que ella se apiade de mi y me regañe. Eso hace que sonría. La observo de reojo, debo confesar que me sorprende su forma de conducir. Dan maneja rápido pero muy prudente, no es como las demás chicas que he conocido, Nikki es un desastre al volante.

Antes cuando la observaba, vi dolor en sus ojos, realmente no entiendo que idiota le rompió el corazón. Para mi no es difícil reconocer otro corazón roto, de algún modo lo sabemos. Mi dolor puede ser comparable con otros que he tenido. Sabia que sucedería, estaba preparado para este día, pero me duele no haber estado cuando paso, le había prometido que estaría cuando pasara porque no quería estar sola, si no fuera por la estúpida carrera, quizás habría estado ahí. Niego con la cabeza mientras me digo que no sea un idiota.

Sami y Nikki se encuentran más sobrios, yo también porque Dan decidió pasar por un Starbucks. Lo que me sorprendió fue que ella no había bebido ni un solo trago durante toda la noche, solo esa cerveza en mi casa.

Al llegar a la casa de Damián y Lauren, puedo notar lo sorpresa en los ojos de ella, es una inmensa mansión y protegida por una decena de hombre armados. Bajo del auto rápidamente, no me importa nadie en este momento, se lo que sucederá por eso Sami sale rápidamente para alcanzarme, además de ser seguidos por Nikki y Dan detrás.

─¡Connor, no lo hagas! ─me pide Sami tomándome del brazo.

─¿Qué no haga qué? ─lo observo para que me diga porque yo simplemente quiero que sientan todo el dolor que yo siento.

Quiero lastimarlos tanto como ellos lo han hecho conmigo durante años con su ausencia. Solo quería decirle sus verdades, por no cuidarla como debían, por no quererla como lo hacia ella.

Camino hasta la puerta tocando el timbre varias veces, ya me he controlado por muchas horas.

La puerta se abre por una de las empleadas, paso de ella sin dejarle decir palabra, llego a la sala donde se encuentran todos, me importa una mierda lo tristes que se ven, en este momento solo me importaba mi dolor. Suena egoísta pero no puedo pensar en ellos sabiendo la clase de personas que son.

─Hijo, gracias por venir. ─dice la mujer que me dio la vida, Lauren.

─No me digas hijo, porque deje de serlo desde que me botaste como un perro. ─le recuerdo sabiendo que le dolerá.

Contener la rabia acumulada además de las lagrimas es lo más difícil que he hecho alguna vez.

─No le hables así a tu madre. ─me reprende ahora Damián.

Quiero reír de su hipocresía. Lo hago de hecho. Él es un padre de mierda que nunca estuvo, quizás desde mi nacimiento hasta ahora. Su voz autoritaria me daba miedo de niño, no lo negare, pero deje de tenerle miedo hace mucho tiempo ya.

EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora