EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)

Año nuevo

Capítulo XLIX: Año nuevo.

Connor

Sonrío en sus labios. Levantamos la vista para ver los fuegos artificiales. No es solo aquí, es en todo el lado costero y es increíble. El hotel se encuentra justo al lado de la playa. Así que contemplamos como todo pasa mientras aún estamos abrazados. Siento la mano de alguien que terminan separándome de Dan.

―Feliz año, cariño ―abrazo a mamá, soltando por completo a Dan que instantes después les está deseando feliz año a sus padres.

―Feliz año, mamá.

―Hijo, feliz año. Espero que como termino de bien este año, comience uno mejor.

Asiento a sus palabras.

―Feliz año, papá. ―le digo porque el abrazo que me da es largo, no quiero dejarlos―. Quizás no todo este bien.

Frunce el ceño y me alejo antes de que pregunte porque.

» Feliz año, Zacky ―lo abrazo tan fuerte que creo que lo dejo sin respirar―. ¿Me puedes prometer algo?

―Claro. ―asiente con una sonrisa.

―Cuida a los viejos y no te metas en problemas mientras no estoy.

Se separa de mi para verme.

―¿Por qué lo dices? ¿Dónde vas?

―Promételo.

Asiente.

―Lo haré. ―sonrío y lo despeino como siempre

―Tienes que cortar ese cabello.

Les deseo lo mejor a los padres de Dan que me dice y me emociona que me digan que están felices de tenerme en sus vidas y los amigos de mis padres que como siempre me felicitan.

―Feliz año, Connor ―llega a mi lado Lanz.

―Idiota, feliz año. ―detrás de él viene Linda―. Feliz año, preciosa.

―Feliz año, Connor.

Busco a Dan con la mirada y la encuentro con su padre sacándose fotografías. Le señalo a los chicos para que me acompañen.

―En esa foto falto yo ―les digo ambos sonríen y por supuesto ruedan los ojos.

Y sin duda estoy en ella después de unos minutos de fotografías, donde poso con todos, muchas con Dan, mi familia y los Craig, nos tranquilizamos viendo como ríen y beben a medida que pasan los minutos. Mientras la orquesta toca una melodiosa canción la cual bailo con mamá. Mamá es una gran bailarina, nos enseñó bien a Sami y a mí.

―¿Estas feliz? ―me pregunta con una gran sonrisa. Asiento porque estoy con las personas que amo―. ¿Se irán luego?

―Si. Iré primero al apartamento de Dylan para desearle feliz año a Tessa, a él y Lauren. Y luego nos encontráramos con Sami en un club para seguir celebrando.

―Eso está muy bien. Tienen que divertirse como los jóvenes que son. No aquí con nosotros los viejos que bailamos lento y aburrido.

―No es tan aburrido ―la hago dar una vuelta―. ¿Lo ves?

Se ríe.

―Bailas muy bien, cariño.

―Oh, es que tengo la mejor maestra.

―Eso es muy cierto ―concuerda conmigo riendo.

Cuando el baile termina comienza una nueva canción pero papá llega a mi lado.