Un cruel destino

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Capítulo LII: Un cruel destino.

Connor

Observo la puerta azul de lo que es solo una fachada de una fábrica de plásticos. Golpeo la puerta y me abre la misma chica morena que me odia por alguna razón, solo que ahora conozco su nombre el cual es Calie.

Me deja entrar viendo detrás de mí para ver que no me hayan seguido. Paso directo donde se encuentra Ian. Me sorprende ver el gran mural con toda mi vida o por lo menos de Damián.

—Es mucha información —le comunico sabiendo que aunque no se de la vuelta sabe que soy yo.

Me apoyo en la mesa a su lado. Son muchas fotografías donde salgo yo y todos los Vólkov.

—Como sabes mejor que nadie cómo funciona Damián. Tienes que saber quienes lo rodean. —me tiende una carpeta la comienzo a ojear—. Este es Nicolai Ivancov tiene una red de prostitución y distribución de drogas en Nueva York, Damián y el tiene un acuerdo de no pisar sus territorios, aunque son amigos.

—¿Le da algo a cambio?

—Si, tu padre le facilita éxtasis y el le facilita inhalantes...

—Cocaína, entiendo.

Veo que tengo mucha tarea, aunque me la se toda. Le paso a la siguiente hoja con fotografías en ella.

—Este es Paolo De Luca, italiano. Narcotráfico de órganos. —no me sorprende.

Nueve son los nombres que me tengo saber. Todos ellos con algo en común, asesinos y narcotraficantes. El ultimo es Damián y noto que es horrible saber más cosas de él, aunque ya no debería sorprenderme. No quiero parecer ingenuo pero me sorprende lo despreciable que puede ser.

—Sus hombres de confianza. —me entrega otra carpeta y me muestra a cada uno de ellos y los nuevos.

—Él es Sergey Povov, alias el sabueso —a el lo conozco bien—. Sabemos que no ha estado aquí en los Estados Unidos por lo menos seis años.

—Se quien es...

—Lo que supimos de él es que vuelve con Damián, es su mano derecha. Thomas no esta haciendo las cosas bien.

Asiento.

—De acuerdo tengo que saber hacer bien mi papel ¿no? Espero que esto funcione.

—Tienes que entrar a esa casa antes de que vuelva Sergey, tienes que lograr que te pongan en el negocio, no son idiotas como para meterte enseguida. No te conocen, al principio no confiaran en ti a menos que hagas que ellos piensen que lo eres.

—¿Y si no lo logro?

Observo a Ian y luego a Mails que solo nos observa, más a mi.

—Estaré contigo, como tu hombre de confianza. Dirás que necesitas a alguien que se ocupe de ti o algo así. Ya logre tener un puesto en esa casa. —no sabia eso. Sonríe—. Me llamo Viktor Kozlov, ruso, nacido en Moscú.

Sonrío.

—Sera bueno tener a alguien cerca. Esperemos que tu ruso no sea pésimo.

Se ríe pero asiente.

—No esta mal. Sabes que Dylan vendrá después.

—No quiero que este en esto.

—Sabes que no te dejara solo, además esta en juego muchas cosas importantes para ambos.

No digo nada más al respecto.

—Thomas.

—Está descontrolado. Hace a su antojo, no es que eso sea malo pero lastima a personas inocentes.

EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora