Capítulo XLVIII: Año viejo.
Dan.
Me observo en el espejo de cuerpo completo mientras esperamos que sea la hora de ir a la famosa fiesta de año nuevo del bufete de abogados de papá. Suspiro al verme. Me veo hermosa, debo decir que en el salón de belleza hicieron un buen trabajo en dejarnos bellísimas a mamá y a mí, pero creo que me falta algo.
¡Oh, sí...!
Los aretes de diamantes que me regalo Connor en Navidad. Sonrío cuando ya los tengo puestos. Me encantan, amo como me quedan y más porque me los ha dado él. Suena hasta cursi, pero amo todo lo que me recuerda a él. He estado tan nostálgica y reflexiva sobre nosotros dos y aun así me siento de esta forma, como si algo fuera a pasar. No se si será bueno o malo.
Llevo un vestido negro de encaje ceñido a mi cuerpo hasta los muslos, con mangas largas y cuello cerrado sin ningún escote. Llevo zapatos de tacón altos color rojo que combina con mis labios pintados del mismo color. Mi cabello está recogido de un lado con muchas ondas que caen como cascada por parte de mi espalda y hombro derecho.
Tocan la puerta mientras vago por mis pensamientos.
—Adelante.
Resoplo aún viéndome en el espejo.
—Estas hermosa. —dice papá apoyado en la puerta.
—Gracias. —sonrío en respuesta.
Entra a mi habitación y se sienta en la cama, me señala que me siente a su lado.
—Quizás no es el momento para hablar de esto o quizás es el mejor para dejar todo lo malo de este año, en este año. Hablemos de Abby —me levanto rápidamente—. Dan...
Niego con la cabeza y mis ojos anuncian una tempestad.
—No quiero.
—Estos meses creo que has crecido mucho, yo sé que aún la quieres proteger pero nada va a cambiar si me cuentas todo lo que paso ese día. —golpea suavemente la cama—. Ven...
Respiró hondo y hago lo que me pide.
—¿Qué quieres saber?
—Nosotros realmente jamás hemos hablado de lo que sucedió.
Trago saliva.
—Creo que comenzó cuando aprendimos a conducir, a los 15 años. —eso lo recuerdo, estaba tan emocionada—. Lucas y Julian nos iban a llevar a una fiesta y ellos iban a otro lugar. La fiesta era horrible hasta los chicos lo sabían en cuanto lo vieron y se les ocurrió llevarnos a una carrera ilegal...
» No te molestes con ellos. Ellos solo iban a ver y a ver a las chicas.
—Lo imagino, ellos están locos por las chicas como antes lo era tu tío y lo entiendo.
Asiento y logrando sonreír un poco.
—Sabes que a Abby le costó más que a mi conducir y que tocaba un auto se ponía muy nerviosa —era una loca con sentido común, no como yo—. Pero yo quería hacer lo que ellos hacían. Mi primera carrera la perdí como toda novata, lo hice con un auto que ya ni caminaba.
Me rio.
» Solo perdí por un pelo y solo fui mejorando y cuando al fin gane, no querían darme crédito ni el dinero porque solo era una niña. Hay fue donde doña abogada del diablo salió a defender mis derechos. Siempre cuidando de mi y desde el accidente siento que yo nunca lo hice por ella.
—Dan. Ustedes dos siempre fueron de esa forma. Desde que nacieron, una muy cuidadosa y la otra un desastre.
—Lo se. Ese día ella los conquisto a todos con su inteligencia y la forma de manejar los números. Simplemente remplazo al que se encargaba del dinero, creí que ella había encontrado su lugar junto a mi. Después comenzaron los juego de roles, intercambiábamos de lugar, no era difícil ser ella.
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EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)
Teen FictionConnor es un chico de 20 años pronto a cumplir los 21 años. Un chico normal a la vista de todos, pero con una doble vida que comienza a crecer. Todo comienza a tomar un rumbo excitante, aunque desconocido para él. La familia, la maldad del mundo y t...