Epifanía (Segunda parte)

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Capítulo I : Epifanía (Segunda parte)   

Connor

Respiro hondo como por enésima vez desde que estoy aquí.

─Oye, aposté todo porque ganas hoy. ─ese es Sami, mi mejor amigo en la vida.

Su sonrisa me molesta, por general soy partidario de la felicidad o ante sus ojos, pero por dentro pareciera que soy lo opuesto. La rehabilitación debió ayudarme, pero heme aquí queriendo estar solo con mis pensamientos.

─Sami, sabes que siempre gano. ─de acuerdo, eso fue arrogante, pero suelo pasar mucho aquí, donde siempre gano y todos siempre me dicen que soy genial─. Además, si pierdes me importa una mierda. A veces no te entiendo ¿Por qué apuestas?

Me mira divertido y como siempre que pregunto, me responde lo mismo.

─Porque es divertido. ─decimos al mismo tiempo, dado que siempre pregunto lo mismo.

A este idiota dominado lo conozco desde los 12 años y es el único que me conoces mejor que yo mismo, eso ya es mucho decir para alguien como yo que no dice nada abiertamente. Además, le agradezco su amistad porque no sé dónde estaría sin su apoyo, su lealtad, es el mejor amigo que alguien podría tener.

─Si pierdes, sabes lo que va a pasar ¿no? ─cuestiona más serio, tomándole el peso a la situación.

Lo sé mejor que nadie. No es como si no hubiera visto mis opciones antes de aceptar esta estupidez, porque es una idea muy estúpida pero efectiva, más en esta situación.

─Si, lo sé. Odio cuando te pones todo serio, prefiero al Sami positivo y bromista. ─aprieto el volante como si quisiera destruirlo con mis manos─. Sabes que si pierdo...

─Estas frito... ─termina de decir.

Ese es el Sami divertido. Rio ante el comentario tan pesimista, pero en definitiva es así, mi vida terminaría, no muerto, pero si con algunos huesos rotos o eso espero. Mis padres se enterarían de lo que hago, si, todo fuera muy jodido.

─No te iba a decir eso, pero sí. Voy a estar algo frito.

Literalmente puede que mi cabeza este en juego, pero el premio sería que me dejarían en paz de una puta vez. Sería algo como; no más amenazas, no más problemas y me coronaria como el mejor, y bueno, soy el mejor. Cosa que no me importa en lo más mínimo, me gusta la ovación, pero no es lo más importante para mí, sino más bien que la gente que me rodea esté bien, mis amigos y familia.

Definitivamente esta no es una situación como en las películas Rápidos y furiosos, no, esto es más como El padrino y algo de Promesas del este, solo por la mafia rusa.

Correré con el líder de los Escorpiones una banda de criminales, así se hacen llamar, pero yo solo creo que son solo unos chicos estúpidos que no saben en lo que se meten. Blake su líder, me odia, por eso creo que es el motivo principal de esta carrera.

No voy a negar que estoy excitado con la idea de correr con él y que bese mi glorioso culo.

No soy tan idiota para no tener miedo de lo que podría pasar si no gano, pero es lo que hay. Yo realmente estoy cansado de las peleas.

─Déjame recordar ¿Cómo es que metiste tú culo en esto? ─me pregunta Sami colocando cara de estar pensando, lo cual no hace, por cierto.

Espera atento a mi respuesta mientras se apoya al Mustang.

─Para salvarle el culo a mi hermano pequeño ─respondo, mientras pienso en cómo matarlo lentamente cuando lo vea.

Tiene apenas diecisiete años y se mete en demasiados problemas, a veces lo entiendo, tuve su edad, sé que está en esa etapa donde le importa una mierda todos, esta hormonado y empalmado cada vez que una chica linda se le pasa por el frente y creerse un chico malo y genial por salir con idiotas como Blake.

EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora