Un nuevo peón

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Capítulo XVII: Un nuevo peón.

Connor

Respiro hondo y juego con mi anillo de color negro, el cual llevo desde que salí de rehabilitación y que tiene grabado mi nombre y que significa que sigo con vida. Me concentro en un punto fijo mientras llega Lauren, hace mucho me dije a mismo que no podía perdonarlos, siempre existe la posibilidad de que si pero llevan tantos años a mi alrededor que nunca he escuchado un lo siento o un perdón de su parte.

─Connor... ─musita Lauren.

─Hola ─digo cortante y muy a mi pesar las palabras me saben a mierda por ser tan cruel─. Ella es Dan, mi novia.

Se ve sin vida, tiene ojeras oscuras bajo de sus ojos cafés y se ve muy triste.

─Hola ─Dan estrecha su mano junto con una sonrisa—. Es un placer.

─Igualmente ─responde Lauren, se queda callada y mi ansiedad se hace más grande a cada segundo─. ¿Cómo estás?

Bien podría ser amable hoy pero siendo este chico herido que soy cuando vengo, no tengo otra forma de decir las cosas.

─Bien..., Dylan dijo que estabas mal, solo vine porque me lo pidió él ─aclaro las cosas para que no las confunda.

No puedo decirle que vine a verla porque me nació hacerlo, sería mentira, además no me siento así. Sinceramente no sé porque lo hago o quizás sí.

—Ya veo ¿Cómo te va en la universidad?

—Bien, entre hoy.

Mierda... Esto es demasiado.

» Lo siento, no puedo. —digo levantándome del sofá.

Niego con la cabeza. Es difícil sentarse delante de la persona que rompió tu corazón, sueños y esperanzas. Por culpa de ellos, tengo los problemas que tengo.

—Yo sé que es difícil para ti estar aquí.

—No, no lo sabes. Me abandonaste.

Sus ojos se cristalizan en señal de que llorará.

—Lo sé, no sabes lo mucho que me arrepiento de eso.

Cierro los ojos negándome a seguir escuchándola. Es duro, realmente es duro verla.

—Es muy tarde para eso. Voy a venir todas las semanas, no por ti, sino por Dakota.

Me levanto para irme pero llega Damián y Thomas. Maldición. La vida no puede ser peor. Claro que nunca lo es para mí.

—Kilian —me dice en forma de saludo.

—Ya nos vamos —digo tomando la mano de Dan.

Me detengo en frente de Thomas quien me obstaculiza la salida. Sonríe y eso me jode.

—¿Quién es esta belleza, sobrino? —pregunta desagradablemente con ese acento de mierda que tiene.

Me hierve la sangre por la forma en que mira a Dan. Me da asco. Aprieto mi mano contra la de ella.

—No te importa —me tenso viéndolo con mucho resentimiento—. Si no te molesta sacar tu desagradable rostro de mi vista, sería lo más amable que has hecho en tu vida.

Se hace a un lado.

—Lindo culo —susurra cuando pasamos por su lado.

Dios sabe que no quería hacer esto, pero no me puedo contener. Me detengo y cierro los ojos. Aprieto mis puños cuando suelto la mano de Dan. Lo golpeo porque me jode cada vez que puede, le doy en la mandíbula, en el estómago y en el labio. Escucho los gritos de todos, los de Dan para que me detenga pero mi odio hacia Thomas es mucho como para parar ahora, caemos al suelo yo encima de él. Mientras que golpeo una y otra vez y golpeo a Dylan por accidente. Creo que saque un poco de tensión de mi cuerpo. Dylan me separa de él antes de que pueda matarlo.

EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora