Capítulo II: Manifestación de una fascinación.
Dan
Horas antes...
─¡Dan, apúrate! ─grita Nikki tan impaciente como siempre, me hace respirar profundo─. ¡Sam, está por llegar!
Ruedo los ojos. Es desesperante a veces.
─¡Ya estoy lista! ─me doy ánimos para salir de mi habitación.
Mi prima es un poco loca, la amo, pero se empeña en llevarme a alguna fiesta loca adolescente y andar por la ciudad mostrándome los alrededores. Creo que su meta es que no esté sola.
Me acabo de mudar solo hace unos cuantos días desde Nueva York aquí a California específicamente a Long Beach donde hay playas de arena blanca y todo es increíble pero no puedo estar feliz en este momento, ya que deje mi vida en Nueva York, mis amigos, mi novio, mi vida completa pero también sé muy bien que es lo mejor para todos.
Lo que significa para mí en especial.
─¿Vas a ir así? ─me pregunta levantando sus cejas incrédula. Me mira de arriba abajo─. ¿Jeans?
La verdad es que así era mi vida antes, jeans y chaquetas de cuero que desbordaban en mi armario, solo unos pocos vestidos para salir en cenas que a veces tenía mi padre del trabajo. En estos meses eso ha cambia un poco, pero es complicado.
─No me has dicho a donde vamos ─me excuso, es la verdad, llegó aquí diciendo que debíamos salir esta noche y nada más─. No me culpes.
Somos primas y siempre hemos sido las mejores amigas, quizás sea el hecho de que le gusta practicar conmigo como si fuera una muñequita de porcelana porque siempre quiere que me vista para la ocasión, cosa que a mí realmente no me importa, de hecho, lo prefiero, ella sabe cómo hacerme sentir bonita, sabe lo que me gusta y lo que me queda bien. No voy a decir que no me gusta vestirme bien porque sería absolutamente falso.
─Vamos ─me arrastra de nuevo a mi habitación. Busca en mi armario mientras yo me siento en la cama y la observo, quiero reír, pero me aguanto de hacerlo—. ¡Este! Ponte este.
Me lanza las prendas a la cara sin darme tiempo a tomarlas en el aire. ¡Fantástico! Hago una mueca, pero solo me encojo de hombros. Es un vestido negro que se ajusta perfectamente a mi figura y una chaqueta de cuero del mismo color, con unas botas altas hasta mis muslos y bueno, con el mismo peinado que tenía, una coleta muy alta, sin dejar ningún cabello fuera.
Me observo en el espejo de cuerpo completo y doy un gran respiro, me veo bien, mis mejillas resaltan al igual que mis ojos verdes y labios llenos. Asiento y Nikki sonríe maravillada. Bajamos para esperar a su novio que lleva varios minutos retrasado, el cual es un chico interesante de conocer, creo que nos llevaremos bien.
─¿Y dónde vamos? ─pregunto curiosa mientras esperamos.
Nikki se inquieta y eso activa rápidamente las alarmas en mi cabeza. No me gusta lo que creo que me dirá.
─No le digas a nadie y mucho menos a mis tíos ─me advierte nerviosa, nos sentamos en las escaleras del porche de baldosa gris de la casa─. Vamos a una carrera.
¿Una carrera? ¿Qué tipo de carreras? De caballos, perros ¿caracoles? Espero que no sea lo que creo que es.
─¿De acuerdo...? ─no estoy muy convencida de querer ir.
¡Diablos! A quien quiero engañar, sería una gran mentira si digo que no quiero ir. Es como decirle a un adicto si quiere drogas y te dice que no.
─De autos, carreras clandestinas par ser exacta. Será solo unas horas y nadie tiene que enterase. ─explica ante mi indecisión.
ESTÁS LEYENDO
EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)
Roman pour AdolescentsConnor es un chico de 20 años pronto a cumplir los 21 años. Un chico normal a la vista de todos, pero con una doble vida que comienza a crecer. Todo comienza a tomar un rumbo excitante, aunque desconocido para él. La familia, la maldad del mundo y t...