Madrugando (Primera parte)

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Capítulo XXXVII: Madrugando (Primera parte)

Connor

Son las seis de la mañana, no he podido dormir a causa de Damián, realmente no le importa nada. Me levanto porque no me volveré a quedar dormido. Así que ha vuelto de nuevo, la ansiedad y lo único que me hace quitar y me hace pensar con claridad es salir a correr.

Tomo mi ropa de deporte y mis zapatillas. Conecto mi iPod y dejo que vuele mi mente. Es lo mejor que puedo hacer porque antes solo habría buscado otro método para quitar la ansiedad. Cuando bajo, noto que aún es muy temprano, no hay nadie despierto.

Me estiro y hago flexiones mientras salgo de la casa y de los terrenos de mi familia. Todo comienza con dar una vuelta completa por el vecindario y de vuelta por la playa. Espero no quedar demasiado molido después, hace mucho no lo hago. Me pongo el gorro de la sudadera y comienzo. Me gusta el aire salado del viento. Estamos al lado de la costa. La brisa se lleva todos mis pensamientos sobre Damián y Dimitri pero solo por unos minutos porque cuando vuelvo Dimitri esta viendo las olas. Nos vemos y creo que le sorprende verme a estas horas aunque son las siete de la mañana.

―Buenos días.

―Hola. ―le digo fríamente.

Frunce el ceño y no sé por qué. Quizás fue por mi saludo ¿Qué esperaba? ¿Qué le dijera papá?

―¿A que vino Damián?

Me rio secamente ¿De verdad quiere saber? Niego con la cabeza.

―Vino a darme mi regalo de cumpleaños. ―miento.

Personalmente no quiero que entre a mi vida como si tuviera el derecho solo por ser mi progenitor. Aun no se si confiar en él y creo que lo tiene que saber.

―¿En serio? Nunca se ha acordado de ninguno, menos del suyo, así que no te creo en lo absoluto.

―Es mi problema, Dimitri.

Sigo caminando hacia mi casa para poder tomar una ducha y relajarme por completo. Correr me hizo bien pero no quita mis problemas del medio.

***

Cuando bajo, ya están preparando el desayuno, esta solo mi madre, Zack aun duerme por alguna extraña razón. Papá tampoco ha bajado y eso me parece aun más extraño.

―Buenos días.

―¿Todo bien? Te sentí salir temprano ―comenta mamá desde la cocina―. ¿Saliste a correr?

―Si, tengo que hacer muchas cosas y estoy muy tenso.

―¿Los exámenes o es otra cosa?

Ojalá fueran los exámenes. Asiento porque no quiero preocuparla con mis cosas, aun es temprano así que desayuno de los primero. Me como todo lo que mi madre me hace y se que eso la hace feliz. La verdad es que estoy hambriento por toda la energía que gasté, además no comí nada antes de hacerlo.

―¿Papá? ―debería estar aquí.

―Esta en un avión en este momento a Boston. Tiene una reunión con unos posibles clientes. Salió de aquí a las cinco. Y se quedara en casa de tus tíos hasta que la casa este lista por todo lo de la renovación.

Asiento. No sabia pero si sabia que el vino para estar en mi cumpleaños solamente y que se quedara para el cumpleaños de Zack igualmente o el de mamá. Mamá siempre lo acompaña pero veo que en esta ocasión no para no ocasionar más incomodidades.

―Los Williams siempre lo reciben bien. ―le digo sabiendo que a pesar de todo son familia y mi tía lo quiere.

No son de mi agrado ninguno de ellos cuatro. La única que se puede decir que se salva es mi pequeña prima que no he visto desde hace mucho tiempo.

EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora