Capítulo XXXIX: Cuando todo se complica (Primera parte)
Dan
―Te amo... ―susurra mirándome a los ojos, creo que pierdo el color al oírle decir lo que tanto he querido escuchar.
Guau, yo... literalmente, no sé qué decir, me comió la lengua el ratón pero no es porque no sienta lo mismo, solo me tomo por sorpresa, podría llorar de la emoción y comérmelo a besos y desvestirlo en el proceso.
» Respira ―no sabía que contenía la respiración.
Suelto todo el aire que retengo y veo en sus ojos cafés tan intimidantes que no es broma, también se lo ansioso que esta por recibir una respuesta pero no tengo palabras.
―Son... son palabras muy fuertes. Lo sabes ¿no? ―tartamudeo.
―Soy muy consciente de ello, yo... yo solo quiero saber si ¿sientes lo mismo? ―pregunta rápidamente―. Pero tampoco quiero presionarte ni nada. Es algo como respirar, lo necesito.
No sabe cuánto. Creo que no puedo calibrar lo que siento por él, es algo tan nuevo y emocionante. Podría pasarme la vida viendo sus ojos o ese hoyuelo en su mejilla cuando sonríe, me gusta ser yo quien mantiene una sonrisa en sus labios, podría morir si me lo pidiera, es tan extremo que caer en caída libre no es nada en comparación.
―Vaya, creo que estoy soñando ―creo que no debí comenzar por ahí―. También te amo pero va más allá del simple sentimiento de querer vivir siempre a tu lado. Siempre te extraño aun cuando estás conmigo.
Sonríe y creo que por fin respira.
―¿Me amas?
Asiento.
―Te amo, con toda mi alma.
Sus brazos aun en mi cintura me sujetan fuertemente mientras nuestras bocas colisionan con amor porque no encuentro otra palabras para describirlo. Sus labios son mi elipsis de vida, suena loco pero en tan poco tiempo nos hemos conocido lo suficiente como para saber con exactitud lo que sentimos, no me costó mucho enamorarme de él, quizás fue desde el inicio cuando nuestros ojos se encontraron por primera vez o en el proceso pero el sentimiento está muy latente.
Respiro con dificultad pero moriría de esta forma. Nos besamos eternamente o así me parece. La canción de Ed Sheeran suena repitiéndose una y otra vez recordando esa primera cita. Suspiro en su hombro mientras bailamos.
―Tenemos que volver...
―Lo sé pero estoy cómodo, pasaría mi vida así.
Muerdo su lóbulo y da un gran suspiro que me hace sonreír.
» ¿Sabes cuándo me di cuenta de que eres mi vida?
Tomo un poco de distancia para vernos a los ojos. Niego con la cabeza.
―Fue cuando peleamos, cuando te grite muy fuerte.
―Lo recuerdo, ha sido nuestra pelea más estúpida porque te cierras a mí.
Hace una mueca pero sabe que tengo razón.
―Lo sé y por eso te llevé al desierto y te escribí esa carta. ―asiento―. Pero como decía, fue en ese momento en el que me di cuenta cuan enamorado de ti estaba. Ya sabía que había algo más que quererte pero me sentí una mierda cuando te grite, lo pensé mucho y llegue a la conclusión de que no quería hacerte llorar más y que no quería que te alejaras y fueras tan distante como cuando hablamos por teléfono. Creo que casi muero ese día y lo único que quería era beber pero pensé en ti y me di cuenta de que no era correcto y que no quería perderte.
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EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)
Teen FictionConnor es un chico de 20 años pronto a cumplir los 21 años. Un chico normal a la vista de todos, pero con una doble vida que comienza a crecer. Todo comienza a tomar un rumbo excitante, aunque desconocido para él. La familia, la maldad del mundo y t...