Desconsuelo

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Capítulo IV: Desconsuelo.

Dan.

Al principio me pareció una persona muy prepotente cuando nos habló en la carretera, pero luego comenzó a reír de la nada y que me viera por el espejo retrovisor en mi estomago las mariposas volaron mucho más rápido que cuando nos vimos antes. Y cuando se presentó creí que solo era un chico normal hasta sentí simpatía por él. Luego cuando le hablo de esa forma a ese chico, me pareció aún más humano, se preocupa por él y entendí por qué corrió esa carrera, por él.

Me llamo la atención que su nombre fuera Connor, en realidad no lo entiendo y cuando baile con él, me miraba de esa forma, fue distinto, fue como ser la única persona en el mundo. Me sentí especial, por un momento me olvidé de todo a mi alrededor. De lo culpable que me siento siempre por estar aquí ahora. Pero ahora solo creo que es un idiota egocéntrico y mujeriego de la peor clase.

─¿No me vas a contar? ─me pregunta con una sonrisa socarrona.

Dios mío, que irritante, ahora entiendo porque es amigo de Nikki.

¡Si se parecen mucho!

─No. Y no me sigas. ─ya estoy al límite de mi paciencia.

Ni siquiera sé porque me molesta tanto. Solo estaba pensando en mi hermana, solo eso, la quiero aquí conmigo, esa fue la razón por el cual suspiré. Sigo negando con la cabeza, mientras sé que viene detrás de mí. Sonrío por eso. Soy una idiota. Como es de irritante.

─¿Cómo es que Nikki nunca me habló de ti? ─pregunta logrando alcanzarme.

─¿Y porque lo haría? ─le pregunto curiosa por saber su respuesta.

Sonríe, puedo ver el por el rabillo del ojo que se encuentra realmente tranquilo, con la mente en paz, nunca he podido lograr eso. Y tiene esos pequeños hoyuelos en sus mejillas, es adorable. No pueden existir hombres así, dañan los corazones de muchas de nosotras las mujeres.

─Porque somos amigos, además esta eso que me dice que ellos traman algo.

¿Y puedo saber lo que crees?

No porque cuando cuentas las cosas no salen como quieres y prefiero no decirte porque no quiero que suceda.

No entiendo.

Ni yo lo hago, solo créeme. Soy astuto hasta cierto punto o situación. En lo demás soy como un niño que no sabe qué hacer.

Sonrío, pero no me detengo.

¿Solo lo crees?

Sonríe y unos hoyuelos profundos se hunden en sus mejillas.

A veces, otras veces soy un adolescente.

Rio y me detengo a ver las olas que cada vez son más impetuosas. Se pone a mi lado con las manos en los bolsillos como si no supiera que hacer o decir, solo le falta balancear sus pies. No lo hace claro, pero sería lindo y diferente.

¿Por qué corrías hoy?

Se gira verme y ladea su cabeza como un cachorro que no entiende lo que le dicen cuando le hablas. Un lado de su sonrisa se alza demostrando que definitivamente los hombres que lo hacen se ven realmente calientes. Arruga su nariz y asiente.

Mi hermano le encanta meterse en problemas se encoje de hombros como si no tuviera importancia. Solo es un niño ¿Qué hay de ti? ¿Por qué pareces feliz, pero tienes una mirada triste?

EL PRIMER LATIDO © | #SagaLatiendo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora