Me desperté por la pequeña luz que entraba en la habitación. Abrí lentamente los ojos y los volví a cerrar, me dolía la cabeza. Los volví a abrir de inmediato, no estaba en casa. De repente empecé a recordar todo lo que había pasado por la noche, no me lo podía creer. Estaba en la cama de Christian, él no estaba. Escuché ruidos en lo zona de a bajo y me levanté. Abrí una puerta que supuse que era el baño, pero no, era el vestidor de Christian.
Mi ropa no estaba aquí, así que le cogí una camiseta blanca y me la puse. Tapaba todo lo que tenía que tapar ya que me iba grande.
Luego abrí otra puerta y esta sí que era el baño, me lave la cara con agua fría y me peine un poco con los dedos. Necesitaba lavarme los dientes y no tenía cepillo, ¿y si usaba el suyo? Después de varios minutos buscando uno nuevo no encontré nada, así que lo cogí y me los lave.
Salí del baño y contemple la habitación, era grande y la decoración me gustó. Podría acostumbrarme a dormir aquí. ¿Pero en qué estaba pensando? Esto estaba mal, no tenía que volver a ocurrir.
Abrí la puerta y bajé las escaleras, no conocía la casa así que me perdí por unos momentos. Luego entré en la cocina, no vi a nadie, así que abrí la nevera para ver si podía beber algo. Tenía mucha sed. Vi un zumo de naranja y busque un baso para servirme un poco.
-Vaya, ya te has despertado preciosa -escuché a Christian detrás de mi.
-Sí, te he tenido que coger una camiseta, no sé donde está mi ropa.
-Por eso no te preocupes, me gustas más así vestida -dijo el divertido.
-Christian, lo que pasó ayer no fue buena idea.
-¿No te gustó? -me preguntó levantando una ceja.
-Si, me gusto. Pero esto no esta bien, no puede volver a ocurrir. Si mi padre se enterase nos mata a los dos.
-Estoy dispuesto a arriesgarme Barbara. No me importa lo que piense o diga la gente de mi.
-No hablamos de otra gente, hablamos de MI padre -le dije un poco molesta.
-Si tú crees que tú padre es un problema está bien, no volverá a ocurrir -me dijo él con el ceño fruncido.
Solo asentí, me bebí el zumo que me había puesto en el baso y me gire para verle. Él estaba mirándome fijamente y me estaba poniendo nerviosa.
-Christian, ¿donde está mi ropa? -le pregunté para cortar el silencio que se había formado.
-Se está lavando Barbara -me dijo el más tranquilo.
-¿Como? En media hora tengo que ir a buscar a Lucía para ir a la universidad, necesito mi ropa. No puedo ir así por la calle -le dije señalándome de arriba a bajo.
-A mi me gusta como vas, te queda bien.
-Ahora en serio Christian, no puedo salir así a la calle, mucho menos sin ropa interior -le dije en modo de suplica. El se tenso de golpe y luego suavizo sus facciones.
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El socio de papá.
Teen FictionBarbara 20 años. Christian 34 años. ¿Para el amor hay edad o simplemente es un número mas?