CAPITULO 17.-

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Me desperté por la pequeña luz que entraba en la habitación. Abrí lentamente los ojos y los volví a cerrar, me dolía la cabeza. Los volví a abrir de inmediato, no estaba en casa. De repente empecé a recordar todo lo que había pasado por la noche, no me lo podía creer. Estaba en la cama de Christian, él no estaba. Escuché ruidos en lo zona de a bajo y me levanté. Abrí una puerta que supuse que era el baño, pero no, era el vestidor de Christian.

 Abrí una puerta que supuse que era el baño, pero no, era el vestidor de Christian

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Mi ropa no estaba aquí, así que le cogí una camiseta blanca y me la puse. Tapaba todo lo que tenía que tapar ya que me iba grande. 

Luego abrí otra puerta y esta sí que era el baño, me lave la cara con agua fría y me peine un poco con los dedos. Necesitaba lavarme los dientes y no tenía cepillo, ¿y si usaba el suyo? Después de varios minutos buscando uno nuevo no encontré nada, así que lo cogí y me los lave. 

Salí del baño y contemple la habitación, era grande y la decoración me gustó. Podría acostumbrarme a dormir aquí. ¿Pero en qué estaba pensando? Esto estaba mal, no tenía que volver a ocurrir. 

Abrí la puerta y bajé las escaleras, no conocía la casa así que me perdí por unos momentos. Luego entré en la cocina, no vi a nadie, así que abrí la nevera para ver si podía beber algo. Tenía mucha sed. Vi un zumo de naranja y busque un baso para servirme un poco. 

-Vaya, ya te has despertado preciosa -escuché a Christian detrás de mi. 

-Sí, te he tenido que coger una camiseta, no sé donde está mi ropa. 

-Por eso no te preocupes, me gustas más así vestida -dijo el divertido. 

-Christian, lo que pasó ayer no fue buena idea.

-¿No te gustó? -me preguntó levantando una ceja. 

-Si, me gusto. Pero esto no esta bien, no puede volver a ocurrir. Si mi padre se enterase nos mata a los dos.

-Estoy dispuesto a arriesgarme Barbara. No me importa lo que piense o diga la gente de mi. 

-No hablamos de otra gente, hablamos de MI padre -le dije un poco molesta. 

-Si tú crees que tú padre es un problema está bien, no volverá a ocurrir -me dijo él con el ceño fruncido. 

Solo asentí, me bebí el zumo que me había puesto en el baso y me gire para verle. Él estaba mirándome fijamente y me estaba poniendo nerviosa. 

-Christian, ¿donde está mi ropa? -le pregunté para cortar el silencio que se había formado.

-Se está lavando Barbara -me dijo el más tranquilo.

-¿Como? En media hora tengo que ir a buscar a Lucía para ir a la universidad, necesito mi ropa. No puedo ir así por la calle -le dije señalándome de arriba a bajo.

-A mi me gusta como vas, te queda bien.

-Ahora en serio Christian, no puedo salir así a la calle, mucho menos sin ropa interior -le dije en modo de suplica. El se tenso de golpe y luego suavizo sus facciones. 

El socio de papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora