Al día siguiente fuimos con Christian a la clínica y el médico nos dijo que todo estaba bien, pese al accidente al feto no le había ocurrido nada. Solo necesitaba llevar una vida normal, sin muchos excesos y sin ningún tipo de tensión ya que eso me ponía en riesgo a mi y al bebe.
Estábamos felices por la noticia que nos habían dado, después de la visita al hospital fuimos a comer a un restaurante de comida Italiana donde todo estaba buenísimo, comí hasta tal punto en el que me iba a explotar el pantalón. Le dije a Christian que era por el embarazo y que tenía mucho antojo, en realidad no era así, simplemente lo use de escusa. Después de comer fuimos a pasear.
Antes de ir a mi casa, pasamos por la suya a buscar algo de ropa ya que está noche dormiríamos en la mía, como noche de despedida, ya que mañana por la mañana ya empezaría a empacar mis cosas y ya iría a vivir con Chris.
Una vez llegamos a casa él se va al despacho a hablar con mi padre y yo voy a la habitación para darme un baño con agua caliente.
Una hora más tarde me decido a salir del agua y vestirme con algo cómodo, nos espera una noche de sorpresas, mi padre y los de Christian se sorprenderán tanto con la noticia que les vamos a dar que no se como van a reaccionar.
Decidida voy al vestidor y elijo la ropa que me pondré para la ocasión. Elijo un tejano y una camiseta simple, con unas zapatillas, para esta cena no necesito arreglarme mucho.
Recojo mi pelo en una coleta y me maquillo de un tono muy suave.
Bajo al comedor a ver la televisión en lo que mi padre y Christian bajan y llegan los padres de mi chico.
Aun no he pensado en cómo vamos a decir lo que tenemos que decir, tampoco hemos hablado de nada ni hemos decidido en qué momento lo vamos a hacer, simplemente, cuando llegue el momento, nos saldrá.
No me doy cuenta cuando siento que el sofá se hunde a mi lado y giro mi cabeza muy lenta mente.
-Hola, guapo -le digo cuando le miro.
-Hola preciosa.
-¿Que hacíais?
-Arreglar unos papeles del trabajo nena, nada interesante. Qué bien hueles, pequeña.
En ese momento tocan la puerta y los dos nos miramos, sabemos quién hay y sabemos a lo que nos tenemos que afrontar.
Nos levantamos del sofá y miramos como la nana abre la puerta dejando entrar a los padres de él.
- Hola querida -dice la mama de Christian dándome un pequeño abrazo en modo de saludo.
-Hola pequeña -dijo el papá de Christian haciendo el mismo acto que su madre había echo instantes antes.
-No sé por que os empeñáis en llamarme pequeña, soy lo suficientemente grande ya como para tener esos apodos.
Todos se ríen, obvio de mi y no conmigo. Y yo me hago la indignada. Van a flipar cuando suelte la bomba, entonces será mi momento de reír.
Pasamos al comedor y la nana se lleva las chaquetas de los recién llegados al guarda ropa, en lo que nosotros nos acomodamos en el sofá y empezamos una conversación.
-La cena ya está servida, señor -dijo la nana refiriéndose a mi padre.
Yo le sonrió con cariño y todos nos levantamos para sentarnos en la mesa.
Papá toma asiento en la punta de la mesa, Christian y yo en un lateral y los padres de Chris enfrente nuestro, quedando su madre enfrente de mi y su padre en frente de él.
La cena transcurre tranquila y la nana justo está entrando con los postres. Christian me agarra la mano dándome la fuerza suficiente como para hablar.
Lo intento con todas mis fuerzas y aún no me salen las palabras. Él me mira y por unos momentos siento miedo en sus ojos, entonces sé que es ahí cuando debo decirlo.
-Nana, por favor no te vayas, toma asiento. Tengo algo importante que contar y quiero que estés presente tu también.
Ella me hace caso y toma asiento en la silla que quedaba libre en la otra punta, quedando así al lado de Christian y en frente de papá.
-Como todos sabéis, mañana Christian y yo vamos a dar el paso de irnos a vivir juntos, empezaremos a vivir nuestra vida de forma oficial, eso también incluye que los medios se enterarán y hemos decidido dar una entrevista antes de que empiecen ciertos rumores y así nos ahorramos luego el tener que dar ciertas explicaciones que no les interesan en lo absoluto.
Todos me miran expectantes y asienten felices con lo que les digo.
-Bueno ahora hay otra cosa más importante que tenemos que anunciar -dice Christian mirándome primero a mi y luego a los demás.
Nos damos la mano y nos miramos, sabemos que estamos preparados para lo que va a venir acto seguido.
-Bueno ya está bien de tantos rodeos -digo yo levantándome y acercándome al bolso que tengo encima de un pequeño mueble de la entrada.
Saco cuatro sobres que tengo dentro de él y los entrego uno a uno, indicándoles que no los abran hasta que yo no se lo diga.
-Podéis abrir el sobra ya, si queréis -le dije nerviosa.
Hacen lo que les digo y cuando los cuatro tienen la pequeña eco grafía en las manos digo:
-Estoy embarazada.
Nadie dice nada, Christian se levanta y me abraza.
Todos nos miran y ninguno de los aquí presentes dice nada.
-Mi niña, pero que alegría -dice la nana levantándose y abrazándonos a ambos.
Miro a mi padre, pero no dice nada, solo me mira con un extraño brillo en sus ojos.
Los padres de Christian al final reaccionan y se alegran mucho, nos felicitan y nos abrazan a la misma vez que me llenan la cara de besos.
Cuando todos nos han felicitado y mi padre aún no ha abierto la boca decido enfrentarme a él.
-Papá, por favor. Dime algo, por favor.
Se levanta y por unos momentos pienso que me va a gritar o que se va a enfadar, simplemente me abraza.
-Felicidades mi niña, vas a ser la mejor madre que pueda tener este pequeño bebe -dijo al fin.
-Muchas gracias, papá, por un momento pensé que no te había sentado bien -le dije llorando.
-Soy el hombre más feliz del mundo si tu lo eres y si tu quieres esto, yo también. Estoy feliz por los dos y por el pequeño que viene en camino. Te quiero pequeña, te quiero más que a nadie en este mundo.
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El socio de papá.
Roman pour AdolescentsBarbara 20 años. Christian 34 años. ¿Para el amor hay edad o simplemente es un número mas?