El despertador empezó a sonar y yo quería morir, mi cuerpo pesaba y era por que tenía medio cuerpo de Christian encima, pensaba que se había ido, pero no. Lo empuje para poder levantarme y ir a ducharme, era mi primer día de trabajo y si no me levantaba ya llegaría tarde, aunque el jefe estuviera a mi lado dormido. El seguía sin moverse, solo le escuchaba quejarse. Cuando por fin pude liberarme de su agarre me levante y fui directa al baño, encendí el agua de la ducha y empecé a desvestirme.
-Me podría acostumbrar a esto cada mañana -escuché a Christian detrás de mi entrando al baño.
-Deberías irte ya o llegarás tarde -le dije lo mas neutral que pude, seguía con mi plan, ser lo más dura posible con él. Aun que ayer no funciono muy bien.
-¿Eso es lo que quieres? -dijo él acercándose a mi peligrosamente.
En ningún momento me gire para verle la cara, si lo hacía volvería a caer.
-Si, además a partir de hoy serás mi jefe y lo de ayer no puede volver a ocurrir.
-Tu cuerpo me dice lo contrario, siento como te estremeces cada vez que me acerco -dijo el con sus manos en mi cintura.
-Vamos Christian, tengo que ducharme y tú, deberías hacer lo mismo -le dije apartándome de él y entrando a la ducha.
No dijo nada más, solo escuché un suspiro por su parte y como cerro la puerta, se ha ido. Y lo agradezco, si sigue aquí un segundo más juro que lo hubiera violado.
Me duché rápido y salí envuelta en una toalla. Fui a mi vestidor y elegí la ropa que me pondría hoy.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Baje a la cocina, me prepare un café y me lo puse para llevar, me lo bebería por el camino. Puse todo lo necesario en mi bolso y por último cogí las llaves de mi coche, me despedí de la nana y me encamine a la empresa.
Cuando aparque al coche en el estacionamiento privado, subí por el ascensor hasta la primera planta, donde estaba la recepción.
Le pregunté a una chica que había ahí a donde tenía que ir y esta me indico muy amable. Subí hasta el último piso y ahí había otra chica en una pequeña recepción, supongo la secretaria de Christian. Esta me miro de arriba a bajo y me puso mala cara, sin ganas de discutir con nadie, le pregunté amable si Christian ya había llegado, esta me dijo que sí, que tenía que esperar un momento, me indicó que podía sentarme en un sofá de mientras. Asentí lo más educada que pude y me senté donde me indico. A los pocos minutos escuché abrirse una puerta y la voz de Christian hablándole a la chica de antes.
-Barbara, ya puedes pasar -dijo este dirigiéndose a mi.
No dije nada, me levanté y le seguí hasta su despacho, entre yo primera y luego entró él cerrando la puerta.
-Estás preciosa -dijo él detrás de mi.
-Christian estamos en el trabajo, dime lo que tengo que hacer ya y dejemos los juegos para más tarde -le dije lo más formal posible.