La semana pasó rápido, ya era viernes y me encontraba en casa haciendo la maleta para ir a Los Ángeles.
Hoy no iba a trabajar en la empresa ya que el avión salía a las 11 de la mañana y tenía que terminar el equipaje antes de salir. Con Christian todo sigue igual, ni bien ni mal. Me venía a buscar por la mañana para ir juntos a trabajar pero luego no nos veíamos más hasta la hora de salir. Una de las pocas cosas que hablemos fue que hoy en la tarde nada mas llegar debíamos asistir a una reunión y luego teníamos libre hasta mañana por la noche que sería la gala en la que estábamos invitados. Me venía bien, ya que no tengo ningún vestido para la ocasión y podré ir a comprar uno y aprovechar y estar un rato relajada en la piscina del hotel donde nos hospedamos.
Cierro la maleta y la bajo de la cama. Miro la hora en el móvil y Christian ya debe de estar a punto de llegar, así que decido bajar al comedor a esperar.
La ropa que he elegido es bastante cómoda ya que para viajar prefiero ir así, luego ya me cambiaré.
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Cuando baje escuché como un coche aparcaba y me imaginé que sería él, así que fui a la cocina en busca de la nana y poder despedirme de ella. Tocaron el timbre y le pedí a Víctor que abriera él la puerta. Cuando encontré a la nana la abracé por detrás.
-¿Quién soy? -le dije tapándole los ojos.
-Mi niña, cualquier día me matas de un susto -me dijo ella riendo y con la mano en el pecho.
-Que exagerada eres... Vengo a despedirme, me voy ya -le dije dándole un beso en la frente.
-Está bien pequeña, pásalo bien y ves con cuidado -ella tan cariñosa como siempre.- Hola Christian, cuida de mi princesa y tened mucho cuidado -le dijo ella viéndole entrar por la puerta.
-La cuidaré, por eso no te preocupes -le dijo él sonriendo-le.
Tras varios besos de la nana y despedirme de ella como veinte veces, salimos de mi casa, Christian todavía no me había dirigido la palabra, simplemente me miraba, no me quitaba el ojo de encima. ¿Tenía algo en la cara o qué? En pocos minutos llegamos al aeropuerto y ahí nos esperaba el avión privado de Christian. El chófer de él se encargó de las maletas y nosotros esperamos hasta poder subir.
-¿Te apetece un café? -dijo Christian mirándome.
-Si, vamos.
Pedimos los dos cafés para llevar y lo tomamos al lado de nuestra puerta de embarque.
-Te queda muy bien esa ropa Barby.
-Gracias Christian.
-Ya podemos subir, ¿Vamos?
Asentí con la cabeza y le seguí hasta entrar en el avión. Saqué el portátil y empecé a mirar varios planos que tenía para verificar que todo estuviera bien. Cuando tenía todo en orden lo apagué y me concentré a mirar por la ventana. Sentí como alguien se sentaba a mi lado y gire la cabeza para ver de quien se trataba, obvio que no había nadie más a parte de nosotros dos.
-Me gustas mucho Barbara.
-Christian no estoy para bromas.
-No es una broma, es la verdad, me gustas y mucho. No sé que me pasa, si estoy un día sin verte siento que me falta el aire, me vuelvo loco si te veo con otro que nos sea yo, Barbara créeme por favor.
-Pues lo siento, esto es imposible. Tú eres mi jefe ahora, no quiero involucrarme contigo, mentiría si dijera que no me gustas, pero no puede ser Christian -en realidad si quería, si quería besarle ahora mismo, si quería estar con él, me gustaba y también me volvía loca si le veía con otra, pero no podía ser, de todos modos no iba a funcionar.
-Pero Barbara...
-Pero nada, Christian -le corté.- Ha quedado claro, ¿no?
El no dijo nada más, cerró los ojos y soltó un suspiro de frustración, a lo que ami me salió una sonrisa que de inmediato quite.
Cerré los ojos y me relajé por un rato, el viaje duraba 3 horas así que debía de descansar un poco, ya que al llegar tenemos una reunión y no sabemos cuanto tiempo va a durar.
-Vamos nena, despierta. Estamos llegando y tienes que abrocharte el cinturón -escuché decir a Christian.
Abrí lentamente los ojos y me di cuenta de que estaba apoyada en su hombro y me había quedado dormida ahí. Poco a poco me fui separando de él y abroché mi cinturón o al menos lo intenté. Me acababa de despertar y no era persona ahora mismo. Christian al verme me ayudo.
-Gracias -le dije con una tímida sonrisa.
¿Qué mierda me pasaba ahora? ¿Por que cada vez que está cerca de mi me pongo así? Aparté la mirada de él, ya que seguía mirándome a los ojos y yo me sentía intimidada.
Era tonta si seguía negando que sentía cosas por él, cada vez me sentía más atraída por él, cada vez que se acercaba o me rozaba, mi cuerpo reaccionaba, si le veía hablando o muy cerca de otra me cabreaba y me sentía celosa. Si, celosa.
-¿Qué piensas? -dijo él mirándome.
-En nada, solo si me dará tiempo de cambiarme de ropa para la reunión -le mentí, no iba a decirle lo que realmente pensaba.
-Claro, aun que, por mi estás perfecta así.
-No seas tonto Christian -le dije riendo.
-Por fin sonríes -dijo él.
No le dije nada más. Cuando el avión aterrizó y salimos de esta, había un coche donde estaba el chófer de Christian esperándonos. Subimos al coche y nos dirigimos al hotel. Voy mirando por la ventana cuando siento que la mano de Christian se pone en mi pierna, sin embargo, no la quito ni le digo nada. Llegamos al hotel y vamos a recepción a buscar las llaves de nuestras habitaciones.
-Lo siento señor, pero ha habido un problema con sus habitaciones -le dijo la recepcionista a Christian.
-¿Que problema? -dijo él con el ceño fruncido.
-Solo tenemos una suite, la otra está ocupada, en cuanto la desocupen y esté limpia le daremos la llave.
-Eso no es un problema -dije yo llamando la atención de los dos.- Nos quedamos con una, solo estaremos un par de noches aquí, así que no se preocupe -le dije esto último a la chica.
Christian se me quedó mirando pero no dijo nada, cogió la llave que la chica le dio y fuimos hasta la habitación. La verdad, no me importaba compartir habitación con él, tampoco es la primera vez, además si todo lo malo que me pasará en la vida fuera eso la vida sería muy fácil.