Estaba haciendo la maleta para volver a casa, en una hora teníamos que ir para el aeropuerto que el jet nos esperaba.
Christian había bajado a la recepción para terminar de arreglar un par de cosas, así que debía de terminar rápido, darme una ducha y bajar, él ya me esperaba ahí.
Salí de la ducha y me puse la ropa que había dejado fuera de la maleta, peiné mi cabello y lo dejé mojado, me maquillé lo justo para disimular mis ojeras y ya estaba lista.
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Puse mi móvil y mi cargador en el bolso, cogí la maleta y me dirigí hacía a bajo, ya teníamos que irnos.
Cuando salí del ascensor, mi corazón se aceleró. Tenía mucha suerte al tener a novio que tenía, quitaba el aliento hasta vestido con ropa casual.
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Vi como hablaba con la chica de la recepción y como ella le pestañeaba muy seguido, se tocaba el pelo y le sonreía de manera muy descarada, eso me puso los celos a flor de piel, así que sin pensarlo me acerqué.
-Hola mi amor, ¿nos vamos ya? -le dije a él dándole un beso en el cuello.
Él me miró extraño y sonrió, sabía por que lo hacía. Así que me cogió de la cintura para acercarme mas a él.
-Un momento preciosa, firmo estos papeles y nos vamos -dijo él guiñándome un ojo.- Vuelvo en un momento, no te vayas muy lejos, no tardo ni dos minutos.
-Esta bien guapo.
Cuando el había desaparecido por una puerta, me acerqué a la chica de recepción, la cuál me miro de arriba a bajo sin ningún descaro. Esta no sabe quién soy, si quiero la echo y no vuelve a trabajar en ningún hotel de mi padre en su vida.
-¿Te gusta? -le dije refiriéndome a Christian.
-Y a quién no, bonita -dijo con arrogancia.
-Pues es mío, bonita -le dije en el mismo tono burlándome de ella.
-No por mucho tiempo -dijo ella riendo.
-¿Sabes con quién hablas, guapa? -le dije ya algo molesta.
