Había dormido toda la noche, cuando me desperté Christian ya no estaba, no sé en que momento se fue. Sin darle muchas vueltas al tema, me levanté de la cama y me fui a ducharme, hoy era la graduación y tenía que estar reluciente.
Me duche, cepillé mis dientes, me apliqué crema hidratante en la cara y por todo el cuerpo como cada día, me puse un vestido corto que usaba de pijama y bajé a desayunar algo, tenía hambre ya que ayer no cene nada.
Papá estaba en su despacho acabando de hacer unas llamadas, siempre está trabajando, hasta un domingo. Termino de desayunar y salgo al patio a fumar un cigarro. Miro mi móvil a ver si Christian me había dejado algún mensaje, pero no. Tenía varios de mis amigos, contesté y guardé el teléfono. Cuando me termine el cigarro subí a mi habitación, en una hora venía Lucía y quería tener todo preparado, no teníamos mucho tiempo. Puse música y conecté los altavoces, saqué el vestido del armario, con los zapatos que me iba a poner y lo puse encima de la cama.
Pensé en enviar un mensaje a Christian, no sabía nada de él, ni siquiera se había despedido antes de irse.
*Buenos días Christian, no te he visto cuando me he despertado, ¿a que hora te fuiste?*
Como no recibo respuesta al momento, lo tiro encima de la cama y empiezo a sacar todo el maquillaje que voy a usar. Aún falta media hora para que venga Lucía y decido empezar a alisar mi cabello, ya lo tengo liso, pero hoy lo quiero mucho más. Escucho que mi móvil suena pero no hago caso, sigo planchando mi pelo. Estoy a punto de terminar cuando siento que la puerta de mi cuarto se abre.
-¿Quién es? -digo sin mirar ya que estaba concentrada en el pelo.
-Soy yo hija -dice papá entrando.
-Hola, papi -le digo mirándolo y dándole un beso en la mejilla.- ¿Como estás?
-Bien hija, para un momento y siéntate por favor. Tenemos que hablar.
Me giro sin decir nada, cuando el decía eso era malo, muy malo.
-Dime -le digo con miedo a la respuesta que pueda darme.
-Tengo que irme por un mes y medio a Londres, la empresa de ahí necesita que esté ahí, no está funcionando tal y como esperábamos y me temo que tendré que ir por un tiempo. A lo mejor es menos, a lo mejor un poco más...
-¿Cuando te vas? -le pregunto a punto de llorar, siempre ha estado viajando, pero nunca por tanto tiempo.
-Esta noche, después de la fiesta que damos en casa, viajaré con uno de los aviones que tenemos, te dejaré el otro a ti, por si algún fin de semana quieres venir a verme -dijo el al igual que yo a punto de llorar.
-Pero, ¿por que tanto tiempo papá? ¿No puede ir otra persona? La semana que viene empiezo mi primer trabajo y no estarás aquí...
-Lo sé mi niña y estoy seguro de que lo harás muy bien, eres la mejor hija, te llamaré cada día. Tengo que ir Barby, eso son temas que solo puedo resolver yo, no puede hacerlo otra persona cariño. Además, podrás venir cuando quieras, ese no es un problema.
-Te echaré de menos igual, papá. Esta casa es muy grande para mi sola, un mes y medio papá no son dos semanas.
-Lo sé Barbara, pero ya no hay vuelta atrás. Tienes 20 años, eres grande, además tienes a la nana, ella te ayudara en todo lo que necesitas y lo sabes.
-Está bien, pero pienso ir a verte siempre que pueda.
Me abraza y por un momento me siento pequeña, muy pequeña. Se va de mi habitación y me quedo sola, mirando a la nada, pensando en que estaré sola mucho tiempo.
-¿Hola? He tocado la puerta y no me has contestado. ¿Pasa algo?
-Lucia, ya has llegado, no te había escuchado. No tranquila, solo que mi padre se va, un mes y medio a Londres y me quedaré sola.
-Barby, puedes venir a mi casa si quieres, lo sabes ¿no?
-Si, lo sé, gracias. Pero tenerle tan lejos de mi tanto tiempo se me hace difícil.
-Pasará rápido, ya lo verás.
-Sí, supongo que tienes razón. En pocos días empiezo a trabajar con Christian y tengo que estar al cien por cien concentrada en eso. Ahora, vamos o llegaremos tarde hasta el día de la graduación -lo último lo dije riendo.
Lucía empezó a peinarse y yo me empecé a maquillar, muy suave ya que el vestido que elegí era un color claro. Lo que más destacaría serían los labios, los pintaría de un rosa fuerte.
Un rato más tarde ya estábamos lista, sólo faltaba ponernos el vestido y los zapatos. Lucía se lo puso primera, estaba preciosa con su vestido de color azul marino, ambos vestidos se parecían mucho, la única diferencia era que el mío tenía la espalda descubierta. Me puse mi vestido y luego me puse los tacones, me miré al espejo y me gustó mucho como me quedaba el vestido.
Bajemos a bajo, dónde nos estaban esperando los padres de Lucía y mi padre, que al vernos nos empezaron a decir lo guapas que estábamos y lo bien que nos quedaban esos vestidos. Salimos de mi casa y Lucía se fue en el coche con sus padres y yo me fui al coche con mi padre, hoy conduciría Víctor, papá estaba sentado detrás a mi lado.
Quería preguntarle a papá por Christian ya que no me había contestado el mensaje, pero no le dije nada ya faltaba poco para llegar así que empecé a acomodar mi vestido y peine un poco mi cabello con los dedos.
Bajamos del coche y Lucía viene directamente hacía mi.
-Oye, ¿no me dijiste que vendría Christian? -me dijo mirándome fijamente.
-Eso me dijo él a mi, pero des de ayer que no se nada de él, me quedé dormida y cuando he despertado él ya no estaba, le he mandado un mensaje y no ha respondido aún -le dije encogiéndome de hombros.
-Oh, vaya... A lo mejor ha tenido una urgencia o algo con el trabajo.
-Está bien Lucía, no somos novios todavía. Nos gustamos y lo hacemos de vez en cuando pero nada más -le dije en un susurro para que nadie más escuchará.
-Si tu lo dices -dijo ella rodando los ojos.
-Vamos a dentro, tenemos que ir a sentarnos -le dije cogiéndola del brazo.
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El socio de papá.
Teen FictionBarbara 20 años. Christian 34 años. ¿Para el amor hay edad o simplemente es un número mas?