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Era temprano por la mañana cuando Zayn sintió que su alfa salía de la cama. Dormito un rato más hasta que ya no fue capaz de dormir sin el cálido pecho de Liam para acurrucarse. Algo molesto, salió de la cama para buscarlo. Camino con sus pies descalzos por las frias baldosas del suelo hasta que llego a la oficina de Liam, no se atrevió a hacer ningún ruido, incluso respirar demasiado fuerte le parecía una falta de respeto. No fue hasta que lo vio haciendo una reverencia frente a un pequeño y hermoso altar que recordó la fecha de hoy.

Hoy se cumplían cuatro años de haber perdido a su bebé.

Zayn se quedó recostado sobre el marco de la puerta, tranquilo pero con lágrimas en los ojos, mientras observaba como su alfa permanecía arrodillado, con las manos sobre las rodillas y los ojos cerrados, rezando. Estaba honrando la memoria de su cachorro para que supiera que nunca seria olvidado. Cuando termino, Liam se demoró un poco en abrir los ojos, aún era difícil para él procesar que nunca llegaría a conocer a su primer hijo, aun dolía. Zayn había pasado tres años asimilando el dolor, tuvo más tiempo para acostumbrarse a la perdida y asimilarla, para sobreponerse.

Pero Liam se había enterado hace tan solo unos meses y aunque todos los problemas entre ellos fueron perdonados y olvidados, la pérdida del cachorro es algo que aún no lograba superar. Liam seguía sanando de esa herida.

A pesar de que no hizo ruido, el olor a manzanas dulces de Zayn lo delató.

—¿Hace cuánto estas allí?

Zayn soltó un sollozo al verse descubierto y por tratar de ocultarlo su voz sonó entrecortada.

—No mucho...

Liam abrió los ojos y sintió una gran ternura al ver a su omega medio escondido y con los ojos llorosos.

—Ven aquí, Zaynie. —Zayn llego a sus brazos en medio segundo y juntos permanecieron abrazados frente al pequeño altar. —No llores.

—No lo estoy haciendo.

Si, lo hacía.

—No quise despertarte. —Liam recostó su cabeza en el pequeño hombro de Zayn y le dio un beso en la marca de emparejamiento. — ¿Sabes que te amo con toda el alma, verdad?

Zayn sorbio por la nariz.

—Lo sé.

—También sabes que nada fue tu culpa, ¿verdad? —Liam necesitaba recordárselo todas las veces que fueran posibles.
— ¿Zayn?

—Ujum.

—No quiero que estés triste hoy, ni una sola lágrima más, ¿entendido?

Zayn se limpio el rostro con sus manitas cubiertas por las mangas de la sudadera de su alfa que usaba para dormir.

—Si, esta bien.

—Ahora dame un beso. —Zayn hizo un puchero y le beso los labios. Fue solo un pequeño contacto pero era suficiente para calmarlo. Liam sonrió levemente y se levantó con Zayn entre sus brazos.—Volvamos a la cama.

Zayn sonrió todo el camino hacia la habitación, cuando volvieron a estar debajo de las sábanas su lobo interior soltó un chillido de gozo. Últimamente quería estar cerca de Liam, como todo el tiempo, se ponía de mal humor cuando pasaba mucho tiempo lejos de él. Llegando al punto en el que lloraba. Además, empezó a guardar prendas del alfa en un cajón, desde la playera para dormir que uso la noche anterior hasta la sudadera con la que hacía ejercicio, todo estaba siendo acumulado en el cajón. Si pudiera meter a Liam allí, no dudaría en hacerlo. Por esa razón, mientras estaban abrazados olisqueo la pijama de Liam y decidió que sería otra prenda para su colección.

Hermoso, Coqueto y Vanidoso (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora