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Louis se quedó en medio de tantas personas con el anillo de compromiso de Harry en la mano. Le costó un poco procesar lo que estaba sucediendo pero lentamente su cerebro reaccionó y volvió a la razón. Harry le devolvió el anillo de compromiso.

¿Eso significaba que todo se terminó?

Louis se negó a dar todo por terminado, no de esta manera, no con todos sus temores volviéndose realidad y Harry huyendo de nuevo, lejos de él.

Definitivamente no estaba siendo dejado en la cena de ensayo de su propia boda. El enojo corrió por sus venas a una velocidad sorprendente, como nunca lo había hecho. Estos últimos días evito tanto a Harry que a penas y lograba recordar su aspecto. Se dijo que era mejor mantenerse alejado, que Harry lo buscaría cuando se sintiera preparado para decirle la verdad, que eventualmente su omega confiaría en él. Pero todo eso eran mentiras, un consuelo que se daba a sí mismo. Seguía siendo un idiota que se creía sus propias mentiras. La lejanía lo único que logro fue acrecentar el abismo entre ellos y dejar que lo que sea que rondaba en la cabeza de Harry lo comiera vivo en sus inseguridades.

Ahora, viendo como le devolvió el anillo de compromiso y subía a encerrarse a su habitación, sin importarle que dejaba a todos los invitados atrás, le dijo a Louis que había hecho mal al dejarlo solo e ignorado. Debió suponer que Harry tomaría las cosas de la peor manera posible y que en lugar de sentirse seguro y de tener tiempo para pensar, se resignaría a hacer todo a su manera.

Había llegado la hora de hablar.

A dos días de la boda, no podía seguir como si nada estuviera pasando. Le dio tiempo suficiente para que confiara en él, para que decidiera que era lo que quería. Evidentemente, la respuesta era más que clara.

El alfa se dirigió al segundo piso, a la habitación de Harry, solo para encontrar que la puerta estaba abierta y que el omega no estaba allí.

—¿Harry?

Las cosas de Harry estaban en su lugar de no ser por el pequeño detalle de que el teléfono móvil del omega descansaba sobre la cama. Louis lo tomó y reviso todos los mensajes, correos y sintió la furia crecer a cada instante.

Harry se vería con el maldito chantajista. Pero al contemplar el anillo del omega entre sus manos dudaba que fuera para seguir con el engaño. Harry había decidido acabar con el compromiso, ¿pero a qué precio? ¿Realmente estaba haciendo esto solo? Louis apenas podía respirar, el desasosiego se instaló en su pecho.

—¡Solo necesitabas confiar en mí, maldita sea! —Louis gruño mientras tiraba todas las cosas del tocador. Furia ciega instalada en su pacifico corazón. — ¿Por qué es tan difícil que lo hagas, Hazz? ¿Por qué siempre quieres hacer todo a tu manera?

Respirando agitado, saco su móvil del bolsillo y le marco a su guardia de seguridad.

—Llama a la policía y vayan a la dirección que te envío. Nos vemos ahí en diez minutos.

Colgó.

Ya era tiempo de tomar el asunto entre sus manos. Harry estaba pensando hacer alguna estupidez y no lo iba a permitir. Era tiempo de que hablaran, de aclarar todo y de que las mentiras desaparecieran.

Bajo al primer piso y se encontró con Shawn, el otro alfa estaba preocupado.

— ¿Sucede algo, Louis?

—No, lo voy a resolver.

—Espera un minuto, maldición. —Shawn lo detuvo, sujetándolo del brazo. —Por la Luna, hombre. Luces terrible. ¿Qué diablos está sucediendo? ¿Has peleado con mi hermanito?

Hermoso, Coqueto y Vanidoso (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora