SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]

16. Demostrar.

Violet se posicionó sobre mi luego de poner música desde su teléfono, con la excusa de querer darle un poco de color al ambiente.

Pero bien sabía, que sus intenciones eran otras.

Quizás era por la manera tan brusca en la que me besaba, o por el brillo extraño en sus ojos.
No sabia con exactitud lo que le pasaba.
Y si bien había creído que el problema había sido resuelto, no me sentía cómodo del todo.

Pero cuando intenté alejarla y pedirle que aclarara las cosas, ella lo impidió, moviéndose sobre mi, provocando que nuestras partes se rozaran.

Ese solo movimiento había sido suficiente para que mi lado razonable pasara a segundo plano y me dejara llevar por el momento.

Le seguí el juego, tocándola como se me diera la gana, aceptando por primera vez que ella estaba haciendo eso por mi. Y no por el tonto juego en el que nos habíamos metido.

Pero cuando el calor de nuestros cuerpos aumento, y la necesidad de llegar un poco más lejos me invadió. Ella se alejó en el momento en el que había levantado su falda en busca de entrar en contacto con la tela de sus bragas.

El rechazo por parte de ella no era nada nuevo para mí, pero dado a como habían sido las cosas; no pensé que volvería a pasar.

Fui tonto al ignorar su extraño comportamiento, pero no me quedaría con las dudas otra vez.

—Violet—La llamé en un murmullo, apoyando ambas manos sobre sus muslos. Acercando mi rostro al suyo cuando ella bajo la mirada—¿Qué es lo que tienes?

—Creo qué...

Su respuesta quedo en el aire. Provocando que la molestia volviera a renacer en mi.

—¿Crees que estar conmigo es malo?—Pregunté sin titubeos, ignorando el descontrolado latido de mi corazón.

No había medido el tono de mis palabras. Pero tampoco tenía intenciones de disculparme.

Estaba tan asustado como cansado, y esa combinación de emociones eran suficientes para que dejara de lado la amabilidad.

En los minutos que habíamos estado besándonos, ella había demostrado que deseaba hacerlo, casi tanto como yo.
Y me costaba creer que sus acciones era impulsadas por la lastima, o por el mero deseo de volver a molestarme.

Ella escondía algo, algo que le provocaba el mismo miedo que yo sentí en ese momento.

—¿Tu crees que esté mal?

Su pregunta me tomó por sorpresa. Y si bien la respuesta estaba más que clara, me tomé unos momentos para relajarme y darle la respuesta que ella buscaba.

—¿A qué le temes exactamente?—Respondí con otra pregunta. Encogiendome en mi lugar cuando ella elevó la mirada, enseñandome las lágrimas que se resignaba a soltar.

—A todo...—Confesó—Creí que esto era lo correcto. Pero me siento tan confundida...

—¿Por qué?

Dejé de lado mi enojo y me centré en ella.
Había sido demasiado egoísta en pensar sólo en cómo me sentía al respecto, ignorando lo que Violet sentía.

Podía entender su miedo, sus inseguridades, los nervios que sentía al estar conmigo en esa situación.

Pero aun así, necesitaba que ella fuera sincera al respecto.

Se negó a responder. E intento alejarse, poniendo ambas manos sobre mi pecho, pero se lo impedi.

—Deja de huir, Violet... ¿No crees que es momento de ser sincera contigo misma?