49. Frustración.

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Kunpimook salió de la tienda con un refresco y una bolsa de frituras en la mano.
Al llegar junto a mi, me acercó la bolsa con tranquilidad.

—¿Quieres...?—Me ofreció, con la boca llena.

—No—Respondí de mala gana. Oyendo su molesta risa mientras rodeaba mi camioneta para subirse en el asiento de copiloto.

—Relajate...—Dejó su bebida en el apoya vasos. Tomó un gran puñado de frituras y se las llevó a la boca.

Lo observé con desprecio. Realmente me pregunté en qué momento consideré que sería buena idea hacerme amigo de un ser tan repulsivo.

—No puedo relajarme.

Una hora había pasado desde la llamada que recibí de Violet. Y desde ese momento, todos mis sentidos se pusieron en alerta.
Su voz asustada, notoriamente agitada y podría jurar que incluso sonaba afligida, me dió motivos suficientes para querer dejar todo lo que estaba haciendo para correr hacia ella.

Desde que salimos de la oficina, el presentimiento de que algo malo había pasado me perseguía.

—No creo que sea tan grave—Comentó mientras el vehículo se ponía en marcha—Ya sabes como son las adolescentes. Hacen drama por todo.

Había algo de verdad en sus palabras. Violet era dramática, y eso era un hecho indiscutible.
En la mañana, Violet me echo de su habitación a patadas. Lo cual encontré completamente ridículo. Habíamos tenido un encuentro sexual digno de una película porno, encontrarme abrazado a ella mientras dormía no debía ser un gran problema.

Si, me marché la primera vez que me pidió que lo hiciera. Y si, volví en la madrugada dispuesto a tener un segundo round.

Para mi desgracia ella dormía, y yo, aproveché la oportunidad de compartir un momento sin gritos, golpes o insultos de por medio.

Violet tenia el sueño ligero, y cuando se dió cuenta de lo que yo estaba intentando hacer; hizo un escándalo. Pero eso era algo usual en ella.

Aquella llamada, no lo era.

—Violet no me llamaría sólo porque sí—Intenté aclarar—Ella es—

—Una adolescente ordinaria como cualquier otra—Me interrumpió—Apuesto que sólo quería molestarte un rato. Deja de darle vueltas al asunto de tu pequeña novia, tenemos cosas que hacer.

Asentí, muy poco convencido. Sacudí mi cabeza y me enfoqué en las cosas que teníamos por resolver.
Hace algunos días, junto a Kunpimook, habíamos buscado soluciones para los problemas que Hyeon traía consigo.

Muchas ideas se cruzaron por nuestras cabezas, pero ninguna llegaba a convencerme.
El plan tenía que ser perfecto, y con eso me refería, a burlarnos de los ojos de la ley para mantener a Violet a salvo.

El plan marchaba a la perfección. Habíamos decidido que rentariamos un apartamento, bastante apartado de la ciudad. Un lugar cómodo en donde podríamos refugiarnos hasta que Hyeon decidiera terminar con su circo.

Pero... Sucedió aquello, y ya no sabía que tan seguro era avanzar. La despedida entre nosotros había sido gloriosa, pero nuestra forma de terminar no fue la mejor.

Ella me odiaba... y yo a ella... un poco.

—¿Qué crees que hará Violet cuando le diga lo del apartamento?—Pregunté, con la esperanza de recibir la respuesta que yo me esperaba—¿Crees que... llegue a odiarme por eso? 

El peliblanco analizó mi pregunta en silencio, y luego de unos segundos, palmeó mi hombro con fuerza.

—Creo que ya te odia. Y si no lo hace, sería bastante estúpido de su parte.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora