28. Estupidez.

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A la mañana siguiente me desperté más temprano que de costumbre para ir a comprar un nuevo teléfono para Violet.

Me tomó más tiempo de lo esperado. Quería que su humor mejorara. Y estaba dispuesto a todo con tal de lograrlo.

Elegí meticulosamente el diseño, el color del aparato y los adornos de su funda.

Realmente quería que le gustara.

Pero al llegar y entregarle el obsequio, ella abrió el emboltorio y tomó el teléfono con descuido.

"—¿Puedo tener mi viejo número?" Preguntó al ver la nueva tarjeta sim que había dejado a su costado.

"—¿Pará qué quieres el viejo?" Respondí con otra pregunta.

Pero ella se quedo en silencio por unos largos segundos.

"—Quiero hablar con mi mamá..." Respondió finalmente, con la voz temblorosa y las lagrimas agolpandose en sus ojos.

Negarme a ella siempre fue difícil, pero en esa ocasión, luego de todo lo ocurrido; me era imposible decirle que no.

Estaba triste y desanimada, seguramente necesitaba el apoyo y contención que solo una madre podría dar. Y yo no era tan desalmado como para negarle aquello.

Acepté su pedido, ignorando la creciente inquietud que nacía poco a poco en mi interior.
Tenía malos presentimientos con respecto a lo que pasaba por su cabeza al pedir su viejo número devuelta.

Uno bastante trillado y otro bastante posible.

Y lo peor es que las dos podían pasar a ser una realidad en cuestión de segundos.

Que decidiera volver a juntarse con su amiga era una decisión tan arriesgada como tonta. Después de lo sucedido, volver a provocarme solo sería perjudicial para ella.

Pero Violet no era precisamente la persona que más me obedecía.

Eso sabía como resolverlo. Asustarla me habia dado un par de herramientas para poder mantenerla a raya. No me enorgullecia, pero cualquier cosa me era útil con tal de tenerla a mi lado.

Pero lo segundo... Era lo que más me preocupaba.

Porque existía la posibilidad de que Violet decidiera hablar con su madre y negociar el regreso a su casa.
Ella no quería estar aquí y yo era el culpable de aquello. Y si eso ocurría, no podía hacer nada al respecto.

Yo no tenía poder sobre todas las decisiones que la incluían a ella, y el solo imaginarla lejos de mi desataba en mi interior un pánico que rozaba lo insoportable.

Quería tranquilizarme, no hacerme la cabeza con ideas tontas. Pero su actitud no ayudaba en lo absoluto.

Sentada en el borde de mi cama, Violet texteaba sin parar, ignorando mi existencia por completo.

Había faltado al colegio, no se sentía bien. Y cuando oí aquello, en mi mente planee el día ideal para ambos.

Desayuno en la cama, ver una película, almorzar juntos, volver a acostarnos y disfrutar lo que fuera qué pasara entre los pliegues de las sábanas...

Parecía una plan perfecto... Pero ella ni siquiera volteaba a verme.

Sabía que no debía presionarla, pero si había algo que odiara con todo mi ser; era su indiferencia hacia mi.
 

En un movimiento tan tonto como desesperado, me senté junto a ella, asustandola por el movimiento tan abrupto.
Con ojos temerosos volteó su cabeza hacia mí, causando que en mi rostro se dibujara una mueca de disgusto por tal reacción.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora