52. Esperanza.

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Recosté mi espalda sobre el asiento del automóvil, suspirando exhausto mientras pasaba mis manos por mi rostro tratando de despejar mi cabeza.

El día entero se nos había ido tratando de dar con la dirección de Hyeon, pues los datos que el hacker nos había dado solo nos llevaba a un pequeño pueblo a las afueras de Seúl.

No había dirección exacta o algo que nos diera indicios. Sólo sabíamos que el número del móvil que había rastreado estaba en ese lugar.

Había ido a mi casa en busca de dinero y ropa, ahorrandome las explicaciones cuando mi madre llamó preguntando por mi.
Debía mantenerla lejos de esto, no podía permitir que se enterara de lo que había pasado con Violet.

Todo se me estaba yendo de las manos, estaba al borde de perder la cabeza. Lo único que me mantenía en pié era mi deseo de rescatarla.

—¿Listo?—Preguntó BamBam, sentándose en el asiento del piloto.

Anteriormente habría conducido yo, pero estaba tan fuera de mi mismo que terminaría matandonos a ambos en un accidente.

—La verdad es que no—Me sinceré, reproduciendo en mi cabeza las miles de posibilidades que podría encontrar cuando llegáramos al pueblo.

—La encontraremos—Aseguró, apretando mi hombro en un intento de reconfortarme.

Asentí la cabeza condescendiente, ignorando el tono inseguro que teñia su voz. E intenté focalizarme en lo que teníamos que hacer.

Algo dentro de mí sabía que a partir de este punto las horas de Violet estaban contadas, que sólo era cuestión de tiempo para que Hyeon haga algo inimaginable contra ella.

Estaba desesperado, sentía deseos de llorar. Pero llorar y lamentarme no harían que Hyeon me la devolviera.

Pero estaba asustado y no sabía que hacer. 

Parte de mi quería renunciar, dejar que las autoridades se encargaran de la búsqueda y esperar en una esquina a que la encontraran.

Pero esa parte, la que estaba enamorada de Violet y la que me mantenía en pié, me decía que existia una posibilidad de que me la entregara si yo me presentaba ante ella.

Yo quería a Violet.

Hyeon me quería a mí. 

Y por más temerario que sonara, estaba dispuesto a darle lo que ella deseaba. Me entregaría a sus brazos si eso significaba que liberaría a Violet de sus garras.
 

 


Bukchon, o tambien conocido como "el pueblo del Norte", era un área residencial tradicional situada entre el palacio Gyeongbokgung, el palacio Changdeokgung y el santuario Jongmyo. Un lugar que desprendía historia en cada esquina.

Pero nosotros no estábamos aquí para un recorrido y una clase de historia.

Habían sido varias horas de viaje, y aunque nuestra prioridad era encontrar a Violet, teníamos que tomarnos unos momentos para descansar.

—¿Quieres una cerveza?—Preguntó BamBam mientras balanceaba las llaves en sus dedos, señalando un bar a unos pocos metros de nosotros.

Nada se me apetecía, tenía el estómago cerrado y las ganas de vomitar a causa del estrés me invadían cada cierto periodo de tiempo.

Pero bien sabía que no podía seguir sin haber ingerido nada, no podia desmayarme a mitad de la búsqueda.

—Está bien—Acepté de mala gana. Y sin querer, recordé aquella noche en el bar en donde todo se había ido de mis manos.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora