29. Sola.

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Mi cuerpo temblaba como gelatina, y el nudo que se había formado en mi garganta a causa de los nervios me impedían respirar con naturalidad.

Mi estado era deplorable, pero no cambiaría esta sensación por nada en el mundo.

Porque solo era un efecto secundario de haber tenido el valor de decir aquello.

Me sentía extraña, era bien sabido que yo no era el tipo de chica que hacía lo que quería. Experimentar libertad al hablar era un lujo que muchos tenian. Pero para mí... era casi inalcanzable.

Era consciente de que las cosas no me serían fáciles a partir de ese momento. Pero quería mantenerme positiva, quería sentirme feliz por lo que había logrado.

Jamás había enfrentado a alguien, y me sorprendía el hecho de no haber llorado del miedo mientras lo hacía.

Necesitaba festejar ese hecho, y una auto-palmadita en el hombro no me sería suficiente.

Así que, abusando de aquel arranque de valor, tomé mi teléfono y marqué el número de la única persona que podía ser capaz de hacerme sentir bien en momentos como aquellos.

Con un simple "Hola" logró robarme la primera sonrisa del día.

—¿Estas ocupada?—Pregunté, sintiéndome apenada segundos después. Parecía desesperada, y en cierto punto, era verdad.

Quería verla... necesitaba verla.

Su risa llega a mis oídos y mi estómago se revuelve ante las millones de sensaciones que experimentaba al oírla reír.

Era loco como alguien que representaba una amenaza para otros, tuviera un efecto tan distinto en mi.

Sonreí sin importarme si me veía como una idiota ante los ojos ajenos que merodeaban a mi alrededor, y espere pacientemente su respuesta.

Nop—Respondió luego de unos segundos—¿Por qué?

—¿Quieres hacer algo?—Pregunté sin titubeo, fingiendo no estar muriendo por las ansias.

—¿Qué propones?

—Estoy en un parque, el que se encuentra cerca del instituto... sí quieres podemos ir por un café...

Anteriormente había hablado con ella a través de mensajes. Según me había contado, sus padres habían regresado de su viaje y tenía planeado pasar la tarde con ellos. 

No sabía si su plan se había echado a perder, pues tenia la sensación de que sus padres eran bastante parecidos a los míos. Pero ni siquiera tenía intenciones de preguntar. No porque no quisiera, sino porque mi prioridad estaba en otra cosa.

Me parece bien—Aceptó luego de unos minutos, provocando que mi estómago se retorciera ante las tan conocidas cosquillas que aparecían cada vez que estaba cerca de ella.

Tome una respiración y contuve las ganas de gritar de la emoción. Tenía que relajarme, no quería espantarla.

—Está bien, eh... entraré a un local y te mandaré la ubicación para que te sea más fácil llegar ¿Está bien?

Perfecto, nos vemos en un rato.

—Si...—Sonreí—Nos vemos.

Al finalizar la llamada, me acerqué al local acordado y mandé la ubicación a través de mensajes. Bloquee el aparato, pero antes de guardarlo en mi bolsillo, volvió a sonar.

Dudaba que Lisa respondiera tan rápido, y con un poco de incertidumbre vi la pantalla, suspirando con pesadez al ver el nombre del remitente.

Jaebeom:

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora