30. Intenciones.

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Me adentré a la casa tratando de hacer el menor ruido posible. Las agujas marcaban las once de la noche y me maldecía a mí misma por haber estado fuera tanto tiempo.

¿Pero qué podría hacer? Ya era demasiado tarde para reclamarme por aquello.

Lisa y yo habiamos decidido que nuestra reunión había sido demasiado corta, poniéndonos de acuerdo para caminar sin rumbo mientras charlábamos sobre todo un poco sin ser conscientes de que las horas parecían avanzar al triple de velocidad cuando estábamos juntas.

Se sintió bien. Y fue suficiente para no hacerme pensar en lo que me esperaba en casa.

Lastimosamente; mi realidad no se acoplaba a mis deseos.

Llegue a la casa con la idea de tener que pagar las consecuencias de mi travesura-no tan travesura.
Pero me sentí  un poco más aliviada al notar que todo estaba  completamente a oscuras.

Me quité los zapatos, para que el ruido de mis pasos sean lo más cautelosos posibles.
Había pasado toda la tarde evitando hablar del tema, hasta me pareció haberlo olvidado...

...Pero lo que no podía olvidar ni ignorar era el hecho de que compartíamos techo.
Y si ese momento no me lo encontraba, existía la posibilidad de que al dia siguiente si. Y evitarlo; era casi imposible.

Subí las escaleras en silencio, mirando con alerta hacia los costados. Me sentía paranoica, no podía evitar pensar que el aparecería en cualquier momento.

Apresuré el paso cuando me dije a mí misma que dejara de ser tan idiota, que si el hubiese querido me habría esperado en el umbral o incluso pudo haberme seguido a cada lugar en el que estuve.

Al llegar a mi habitación, me detuve en cuanto mis dedos rozaron el picaporte.

"Quizás podría estar dentro".

Me alejé un par de pasos, caminado hacia su habitación. Tomé un par de respiraciones profundas para calmar los nervios que se habían apoderado de mí. 

Deseaba con todas mis fuerzas que se encontrara ahí y que la idea de colarse en mi cuarto no haya cruzado por su cabeza.

Apoyé mi cara contra la fría madera, agudizando mi oído para escuchar lo que sucedía dentro sin la necesaria de abrir la puerta.

—No se escucha nada...

Sonreí con tranquilidad mientras llevaba mis manos a mi pecho.

—Es porque no estoy dentro. 

Di un pequeño salto cuando escuché su voz detrás de mí.
El maldito había estado todo el tiempo.

Tenía que reaccionar rápido. Y solo pensé en una cosa:

"CORRE".

Corrí como alma que la lleva el diablo.
No me atrevía a mirar hacia atrás, escuchaba sus pasos y como gritaba mi nombre a mis espaldas.

No sabía a donde ir o en donde esconderme. Sólo quería estar lejos de él.

Bajé las escaleras temiendo tropezar y romperme el cuello. Pero preferiría eso antes que un Jaebeom enojado y encima despechado se acercara a mí.

"¡Afuera, afuera!"

—¡Violet!

Chille del miedo mientras abría la puerta y me apresuraba a salir de la casa, importandome poco y nada el hecho de encontrarme sin zapatos.
Azote la misma, provocando que el eco resonara por todo el lugar.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora