43. Primer paso.

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Terminé de limpiar el salón. Me tomó más tiempo del esperado, pero gracias al cielo logré terminar antes de que el conserje se marchara.

Al ser tarde, me vi con la obligación de llamar a Jaebeom para que pasara por mi.
Al principio lo noté alterado, preguntó una y mil veces en donde diablos estaba antes de permitirme explicarle la situación.
Pero luego de que me permitió hablar, entendió que fue lo ocurrido.
Incluso a través de la llamada, podía sentir su nerviosismo. Y aquello, me tenía preocupada.

No por el, sino por mi. Porque mientras limpiaba, había planeado tener esa charla con el.

Había imaginado todas sus posibles reacciones, y ninguna de ellas terminaba bien para mí. Sabía como era, que lo afectaba y que lo alteraba.
Y para mi mala suerte; yo era uno de sus detonantes. O más bien, mis intentos de alejarme lo eran.

Por eso debía ser cuidadosa. Debía disfrazar la platica de algo que a él le resultara cómodo. Camuflar mis intenciones y confundirlo hasta llegar al punto en donde no sepa si sólo estaba jugando o realmente estaba hablando en serio.

Si salía bien, lograría mi cometido.
Y si no... pues escaparía y denunciaría a esa maldita loca en la primer oportunidad que naciera.

Me estaba arriesgando. Prácticamente me estaba sirviendo en bandeja de plata para que hiciera conmigo lo que él quisiera.
Pero tenía fe en que, por primera vez en mucho tiempo; yo ganaría algo.

Cuando llegó en su auto, tomé una gran respiración y me di ánimos internamente antes de subir.




—¿Estas cansada?—Preguntó ni bien apoyé el trasero en el asiento.

—Sí—Respondí con sinceridad—Pero mi día aún no termina...

Puso en marcha el vehículo, y sin tomarse el tiempo a nada, apoyó su mano sobre mi muslo.

—¿Por?

—Tengo tarea que hacer...

Aquello no era mentira. De hecho, tenía una tonelada de trabajos por entregar. 

—Puedo ayudarte si quieres—Sugirió sonriente—Aunque eso no te saldrá barato.

Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. No sabía si era provocado porque el plan marchaba como esperaba o porque entendí a lo que se refería.

—Contigo ya me acostumbre a pagar precios altos—Agregué con un tono burlesco, escondiendo mi reclamo detrás de una simpática sonrisa.

El sólo se rió ante mi broma. Y sólo con eso; me dispuse a seguir en marcha con el plan.

Era difícil. Comportarse de forma cariñosa con alguien quien no quieres no era fácil.
El tomarle la mano, besarlo, incluso sonreírle se me hacía algo sumamente incómodo.

Y el lo sabía. Lo había experimentado en primera persona.

Días anteriores había estado correteando detrás de mi en busca de atención.
Insistiendo en que había pasado mucho tiempo desde la última vez que intimamos.
Y cómo era de esperarse; yo busqué cualquier excusa con tal de evitar ese tipo de encuentros.

Desde cansancio, hasta la regla. Le había dicho todo tipo de excusas para evitar que me pusiera las manos encima.

Pero esa noche en particular; estaba dispuesta a hacerle creer que finalmente tendría nuevamente aquello que él esperaba de mi.

Tomé su mano entre la mía, enredando nuestros dedos mientras fijaba mi mirada al costado de su rostro. Por mi mente pasó la gran idea de golpearlo mientras estaba enfocado en el camino, pero aquello me pondría en riesgo.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora