33. Lugar seguro.

602 56 11
                                    

Caminamos hasta la salida. Por mi parte, tratando de disimular los nervios, y pensando en cualquier otra cosa que no sea la sensación de pánico que me recorría ante la posibilidad de que todo eso saliera mal.
Lisa por su parte, se veía bastante relajada. Incluso más que eso, podía sentir la emoción desprendiendo de su cuerpo.

No la conocía demasiado como para dar por hecho ciertas cosas, pero su falta de temor ante esa situación me dieron a entender que eso que estábamos por hacer: no era algo nuevo para ella.

No quería preguntarle, de hecho; no era algo de mi incumbencia. Así que simplemente me quedé con la duda.

Pero si había algo que no podía ignorar por más que quisiera, era el malestar que me generaba mi propia cabeza. No habían pasado ni veinte minutos desde que decidimos salir, que mis pensamientos ya se encargaron de crear más de cincuenta posibles escenarios en donde todo salía mal.

Y era horrible sentirme así, porque yo realmente deseaba pasar tiempo con ella, y al verla tan emocionada; confirmaba que también deseaba compartir tiempo conmigo.
  

Tenía que calmarme y no pensar en cosas feas. No quería ser yo quién arruinara la salida.
Así que, me tomé unos segundos para respirar pausadamente. Desplazando cualquier cosa que me hiciera sentir mal, dándome a mi misma ánimos para que pensara en positivo.

"Relájate, no hay nadie que pueda estropear esto ¡Fighting, Violet".

Era extraño para mi que mi propio inconsciente estuviera de mi lado. De cierta forma, me había acostumbrado a ser yo la persona que más me desanimara.

Parecía que por primera vez en muchísimo tiempo, mi yo interior buscaba ser feliz... o al menos por un par de horas.

Me aferré a su brazo mientras caminábamos despacio hacia el gran portón, cerrando los ojos por inercia al notar que sólo nos faltaban algunos pasos para lograr salir de ahí.
Estaba acostumbrada esperar lo peor, y Lisa supo leer mis gestos, pues no pasó ni un segundo cuando sentí sus dedos acariciando el dorso de mi mano, comunicándome a través de ese gesto silencioso que todo estaría bien.


—No estés nerviosa, Vi... ya salimos. Sólo nos falta correr para alejarnos... ¿Estás lista?



Mi pie aún dolía. Pero no era nada en comparación a la noche anterior.
Asentí en respuesta, aferrando la correa de mi bolso con mi mano libre. Aprovechando esos cortos segundos para acomodar mi falda, asegurándome de que nada se vería durante la carrera.

Tomamos un pequeño impulso, echando un rápido vistazo a nuestro al rededor, aprovechando que no había nadie que nos resultara conocido para empezar a correr.


La adrenalina impulsó mi cuerpo, haciendome olvidar por unos momentos del dolor que sentía en mi pie. Mi mente y mi vista cegada por la euforia hacían que el correr fuera un tanto difícil, pero no sentía la necesidad de detenerme.

La pelirroja a mi lado, me miraba de reojo, asegurándose de que le estuviera siguiendo el paso. Por una fracción de segundo, nuestros ojos logran encontrarse. Y en los ojos de ella, pude ver la seguridad reflejada.

Lisa me hacía sentir bien. Con su sola presencia, no había necesidad de aclarar las cosas. Pues ya me había comunicado todo a través de una mirada.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora