55. Pesadilla.

265 33 19
                                    

Un disparo.
Unas gotas salpican mi rostro.
Y el sonido de algo cayendo junto a mi me confirmaba aquello que tanto temía.

Era real. Todo esto estaba pasando frente a mis ojos. No era un sueño; era una pesadilla. 

Con la boca abierta y el alma a punto de salirse de mi cuerpo, observo como un par de piernas de más sobre salen detrás del cuerpo fallecido.

Intento levantarme, pero las cadenas impedían que me moviera con facilidad.

Logro divisar su cabello y un jadeo previo al llanto se me escapa cuando reconozco de quién se trata.

Jaebeom...

Con lágrimas difilcutandome la vista, hago mi mayor esfuerzo en ponerme de rodillas y arrastrarme hacia el.

Pero no logro alcanzarlo...

—No fue Jaebeom quién recibió el disparo—Habló una voz desde las penumbras, logrando que me encogiera cuando lanzó un objeto hacia mi.

Impacta contra mi pierna y siento como la desesperación aumenta en mi interior.

Era el arma homicida.

—Estaba a punto de violarte—Continua, acercándose de manera tranquila hacia mi—Deberías de estar agradecida. Te salvé de pasar un mal rato...

Mi cuerpo entero vibró de miedo y eso no pasó desapercibido para la mujer.
Sonrió, y los vellos de mi cuerpo se ponen de puntas cuando se paró frente a mí.

—¿No dirás nada?—Preguntó, agachandose a mi altura—¿Un "gracias" quizás?

Mis ojos viajan desde su figura, al cuerpo de aquel hombre. El charco de sangre que lo rodea llega a tocar el brazo de Jaebeom, quien yacía inconsciente en el suelo.

Mis ojos vuelven nuevamente hacia la mujer y mi respiración se atasca cuando sus manos atraparon mi rostro entre ellas.

Busco sus ojos, e imploro piedad a través de ellos, encontrándome con un par de pozos negros, sin emociones ni un brillo especial.

Otra lágrima salió, siendo atrapada por su pulgar a mitad de recorrido. Se llevó el dedo a la boca, degustando el sabor salado de mis miedos y penas.

—¿Por qué lloras?—Inquirió entre risitas, tirando de las esquinas de mi boca hacia arriba simulando una sonrisa—Deberías estar feliz, Jaebeom está bien... y tú también.

Palmea mis mejillas con fuerza y se reincorpora, tomando el arma y lo que parecía ser un cuchillo.

—Jaebeom estaba dispuesto a todo ¿No te parece?—Comentó mientras observaba el objeto—Eres tan suertuda y ni siquiera eres consciente de eso...

No sabia a lo que se refería, ni tenia el valor de preguntar, mi lengua parecía estar estancada. No podía hablar, ni siquiera me sentía capaz de pestañear del miedo.

Intento moverme de nuevo, pero el ardor en mis muñecas hace que suelte un chillido, llamando su atención.

—Incluso si no hablas eres molesta, debería matarte ya mismo y terminar con esto...

—No... —Le contesto por primera vez, con la voz quebrantada. Y en mis adentros le rogaba a todos los dioses que me perdonarán por todo lo malo que había hecho y me dieran una mano en esta situación...

—No... no me mates—Imploré—Por f-favor...

A pasos lentos volvió hacia mi, desprendiendo un aura extraña.

Si antes temía por ella, ahora temía sufrir un infarto por su sola presencia.

Sus manos juegan con el objeto como si se tratara de una pelota, lanzandolo de mano en mano con una sonrisa siniestra dibujandose de a poco en sus labios.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora