41. Culpable.

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Una semana había pasado desde aquel acuerdo que conformamos junto a Jaebeom. Y si bien los cambios en su mayoría eran para algo bueno; en ese caso comencé a cuestionarme un par de cosas.

Cómo primero y lo único que lograba causarme conflicto; la actitud de Jaebeom.

Había pasado un momento aparentemente traumatico, y no le tomó nada recuperarse.
Luego de pedirme que me quedara con el y fingiera por un tiempo que estábamos juntos; todo su semblante cambió.

No había señales de aquel hombre asustado que me pedía por favor que no me vaya. En cambio, había vuelto aquel tonto que me perseguía por cada rincón de la casa por un poco de atención.

No podía quejarme, yo había accedido a eso. Decir que no me arrepentía de las decisiones que tomé sería una gran mentira.
Pero intentaba mantenerme positiva.

Si toda la situación en la que estábamos se arreglaba, podría volver a mi casa y olvidar todo lo malo que me ocurrió.

Lo único malo era dejar a Lisa atrás. Pero las cosas con ella no marchaban bien, y nadie más tenía la culpa de ello. Sólo yo y mi estupidez.

Me había convencido de que alejarme de ella sería la solución para mantenerla a salvo.
No sabía de lo que era capaz de hacer Hyeon, y sinceramene; tampoco quería saberlo.
Pero no podía permitir que Lisa quedara enredada entre mis problemas. Ella no tenía nada que ver con lo que pasó entre Jaebeom y yo.

Ella supo que algo raro ocurría conmigo. No solía ignorarla y evitar hablar con ella.
Pero no me quedaba otra opción. Me dolía,  y no quería deshacerme del lazo que construimos.
Pero al tener pocas opciones, me arriesgue a tomar aquella que creí que la mantendría a salvo.

—Bien... recuerdas lo que te dije ¿Cierto?

La voz de Jaebeom me saca de mis pensamientos. Con cansancio, asentí en silencio, preparándome para repetir los pasos a seguir qué el me había indicado.

—No hablar con desconocidos, no salir y evitar quedarme sola, si veo a alguien extraño debo llamarte...

—¿Y lo más importante de todo?

No contarle a nadie lo sucedido...

Durante la semana, esas reglas se repitieron más veces de las que me gustaría haber escuchado.
Jaebeom decidió que lo mejor sería que el me llevara y recogiera del instituto, lo que significaba que tenía que aguantarlo a el y la incesante repetición de su manual de supervivencia que aprendió luego de haber terminado su relación con aquella mujer.

Sabía que lo hacía por querer protegerme y prepararme por lo que podria llegar a ocurrir, pero mi lógica seguía insistiendo en que, lo mejor que podríamos hacer; sería denunciarla a las autoridades.

Prácticamente me estaba obligando a mi misma a confiar en el y en que haría lo correcto. Pero su comportamiento me traía un par de dudas que no podía sacarme de la cabeza.

Al bajar de la camioneta, Jaebeom esperó por mi con mi bolso en mano.
Ese ritual se volvió una costumbre en tan solo días, y cada vez, era más difícil de soportar.

—Pasaré por ti a la salida ¿De acuerdo? Trata de no irte con nadie, ya sabes que—

—Es peligroso—Lo interrumpí, conteniendo las ganas de rodar los ojos con fastidio—Ya lo sé, no hace falta que lo repitas.

Con su mano libre acarició mi cabeza, para luego, recorrer desde mi oreja hasta mi mejilla.
Mi cuerpo se tensó por la suavidad de su tacto, y aquello; no pasó desapercibido por sus ojos.

SEESAW | Lim Jaebeom | [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora