Una segunda oportunidad para amar

Voy a Brooklyn

Estoy en mi oficina, estoy de pie mirando por la ventana, no quiero renunciar a Beauty Light Company, esta compañía me ha dado muy buenas oportunidades y he trabajado en lo que más me gusta, pero he decido que no hay vuelta atrás, no puedo seguir trabajando con Ryan y Grace. Así que llamo a Abney para que venga a mi oficina.

—Elizabeth te tengo demasiados chismes, pasaron varias cosas en la fiesta. —Dice Abney mientras se sienta en la silla que está enfrente de mi escritorio.

—Abney no tengo ganas de oír nada de eso.

—Pero tengo algo que quizá te pueda interesar.

—No lo creo Abney, necesito que me busques todos los balances de los últimos seis meses.

—Elizabeth, el lunes fui a la oficina de...

—Abney por favor no quiero escuchar eso. —La interrumpo enojada.

—Escúchame, fui a la oficina de Ryan y Grace y los escuche pelear muchísimo.

Abney ha atrapado mi atención, no creo que Ryan estuviera peleando con Grace, sobre todo en el estado que está ahora.

—¿Que decían? —Le pregunto interesada.

—Bueno yo iba a llevarles unos papeles que Cheryl me mando para que se los llevara, al principio yo no quería ir porque yo no soy su asistente, entonces me acerque a la puerta de la oficina de Ryan y los escuche discutir, Grace le decía a Ryan que si desde un principio no quería estar con ella, que le hubiera dicho y ella habría entendido, que no tenía por qué estar jugando con sus sentimientos y que ella entendía su decisión.

—¿Y que más escuchaste?

—Entonces Ryan le contesto a Grace que no había sido fácil estar con ella, y luego Grace le grito que se fuera y que lo suyo iba a terminar.

—¿Crees que se van a divorciar? —Le pregunto a Abney en un susurro.

—No lo sé, pero por lo que escuche, yo creo que sí.

Entonces mi corazón empezó a latir con más fuerza, Ryan se separará de Grace pronto y podrá estar conmigo, eso quiere decir que aún tengo una oportunidad de estar con él.

—¿Abney que día es hoy?

—Miércoles, por cierto Elizabeth necesito que me digas la razón por la cual no viniste el lunes y el martes porque Cheryl estaba muy preocupada por ti.

—Abney, me tengo que ir. —Y empiezo a guardar mis cosas.

—¿Pero a dónde?

—Voy a Brooklyn.