Una segunda oportunidad para amar

¿Por qué me han llamado a mí?

Camino por un largo y ancho pasillo de hospital, las paredes son blancas y hay poca decoración en ellas. Mientras camino una enfermera está a mi lado, lleva el típico uniforme blanco y una coleta. Seguimos caminando y pasamos por una estación de enfermeras, varias chicas están detrás de un escritorio alto, pasamos a un lado de su estación y seguimos caminando en silencio. Entramos a otro pasillo y la enfermera se acerca a un cuarto y me abre la puerta amablemente.

—Puede pasar.

No le respondo a la enfermera y entro al cuarto. Cuando llego me doy cuenta que Ryan está en la cama y parece estar dormido, la enfermera cierra la puerta y yo me quedo de pie a un lado de la puerta. Ryan abre los ojos lentamente y me ve.

—Pensé que no vendrías. —Me dice con una voz muy suave.

—¿Cómo te sientes?

—Estoy algo mareado, pero estoy bien.

—¿Por qué me han llamado a mí? —Le pregunto a Ryan mientras sigo cerca de la puerta.

Ryan no contesta mi pregunta, solo toma un largo suspiro. Así que le hago otra pregunta.

—La enfermera me dijo que tuviste un accidente automovilístico, ¿Qué fue lo que paso?

—Los frenos del automóvil no funcionaron, así que choqué. —Contesta Ryan sin dejar de ver el techo.

—Podrías haber sido más específico y darme más detalles pero me quedare con esa respuesta.

—Lo siento Elizabeth. Siento que las enfermeras te hayan contactado a ti, pero no fue mi culpa, te tenía como número de emergencia y yo no estaba consciente.

—¿Porque no le llamaron a Grace?, ella es tu esposa y por lo que me dijiste la última vez, aun la quieres.

—También siento mucho lo que te dije la última vez. Estaba muy confundido y perdí el control, pero ahora se con quién quiero estar.

—¿Con Grace?

—Contigo, quiero estar contigo. Pero me di cuenta que te había hecho mucho daño, así que decidí que no iba a localizarte hasta que estuviera divorciado de Grace. —Me dice Ryan y esta vez me voltea a ver.

Camino hacia él y me siento en la orilla de la cama, siento como la mano de Ryan esta en busca de la mía, y me toma de la mano.

—Quería decirte porque me había alejado de ti, así que días después de que... —Ryan interrumpe su oración tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—¿De qué me dejaras?

—Si, días después te llame en la noche pero no me contestaste, y creo que fue lo mejor que pudo haber sucedido.

—Te extrañé. —Le digo a Ryan pero me sorprendo de mis palabras, siento que no fui yo la que hable, siento que fue una voz interior que no pude detener.

—Yo también te extrañé, pensé todos los días en ti, pero supe que era lo mejor, me alejé de ti no porque quería, era necesario hacerlo.

—Te comprendo, yo no quería ser la razón por la cual tu matrimonio fallara.

—Tú no eres la culpable. Grace y yo nos casamos cuando éramos muy jóvenes y simplemente no había conexión entre los dos. Además, sé que si te digo esto no servirá de nada porque te lo he dicho demasiadas veces y no me creerás.

—¿Qué pasa?

—Hace varias semanas le pedí el divorcio a Grace, y ella acepto divorciarse.

—¿Eso quiere decir que ya no estas con ella? —Le pregunto con una leve esperanza.

—Aún estoy casado legalmente con ella, no es muy rápido divorciarse aunque los dos estemos de acuerdo. Es un proceso largo, pero ya no vivo con ella, por esa razón no les dije a las enfermeras que la llamaran. Ella ya no tiene nada que ver conmigo.

—¿Qué pasara con él bebe?

—Eso lo platicaremos en unas semanas cuando tengamos la cita con nuestro abogado, pero quiero estar con él, y él bebe no tiene la culpa de que sus padres no estén juntos.

—Esto es muy difícil. —Le digo a Ryan con voz quebrada y a punto de llorar.

—Ven, acuéstate a mi lado. —Me dice Ryan.

Recargo mi cabeza levemente en su pecho y me pongo a llorar.

—No es justo que este tan enamorada de ti y que no pueda estar contigo.

—Es difícil lo que estamos pasando, pero juntos podremos superarlo.