Una segunda oportunidad para amar

Una vez escuché a mi abuela decir

Una vez escuché a mi abuela decir "nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido", quizá lo escucho en una canción, un libro o alguna película, pero en este momento se cómo se siente perder a alguien. 

Estoy acostada en mi cama, y mi habitación está demasiado oscura, solo se ve en la ventana una pequeña luz que trata de atravesar la persiana, pero no lo consigue. No quiero levantarme, pero tengo que hacerlo, hace varias semanas que no he salido de mi apartamento, varias personas me han llamado preguntándome si me encontraba bien, pero nunca me llamaron las dos personas que yo quería, Brad y Alexander. Intente llamarles, decirles que sentía mucho su ausencia, pero ninguno de los dos contestó mis llamadas.

Sigo viendo el único rayo de luz que hay en mi habitación, todos los días lo veo, ese rayo de luz me avisa que ya ha empezado un nuevo día, y que yo sigo aquí encerrada.

Tanto tiempo sola me hizo pensar en lo que había hecho, me di cuenta de los errores que cometí, y solo quiero solucionarlos.

Me levanto de la cama, voy al baño y quito la toalla que cubre el espejo, la puse hace unos días, ya que cada vez que pasaba, veía mi rostro, y me daba más tristeza. Al quitar la toalla no me sorprende mi reflejo, me veo de lo peor.

Minutos más tarde salgo de la regadera, estoy fresca y tengo puesta una bata azul. Me acerco a la ventana y abro la persiana, el sol ilumina mi habitación, se llena de luz y por un momento no se ve tan triste. Voy hacia mi armario, lo abro y saco una maleta color azul, la pongo en la cama y empiezo a empacar la ropa que necesito. Cuando termino voy a la sala, también todo esta oscuro, enciendo la luz y veo en la mesa de centro lo que busco, lo tomo, es el boleto de avión a California, pronto será la boda de Abney, y yo estaré ahí.