Pero no puedo estar sin él

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Hace dos días desde la noche en la que supe que Ryan está esperando un hijo, no he salido de mi apartamento, no he comido, solo he estado sentada, en el sofá, sin luz, sin música, sin nada, simplemente soy yo con mis recuerdos. Escucho que llega un mensaje a mi celular, pero no voy a verlo, he estado escuchando ese sonido los dos días, pero no he visto ningún mensaje. Decido dejar 10 minutos mi depresión y voy a mi celular, veo varios mensajes. Cheryl me pregunta si me divertí en la fiesta, pero no deseo contestarle. Veo varios mensajes pero me llama la atención abrir uno, que es de Ryan.


Sé que estas enojada conmigo, y no quieres verme o hablarme, solo quiero decirte que buscare una forma de dejar a Grace, sé que suena muy loco dejar a alguien que está esperando un hijo, pero no puedo estar con ella porque no la amo.


Solo quiero decirte que ya tengo los papeles de divorcio en la mano, ya los firme yo y solo necesito la firma de Grace, aun no sé cuándo debería entregárselos ya que ella está muy emocionada por el embarazo, si quieres puedes venir a verme a mi apartamento en Brooklyn, voy a estar aquí hasta el miércoles.

Elizabeth, te necesito conmigo, estoy dispuesto a luchar por ti. Por favor ven a verme. Te amo.

¿Debería ir a ver a Ryan? ¿Realmente quiere estar conmigo? Es todo lo que puedo pensar el resto del día. Trato de llamar a Brad, pero no contesta, por alguna razón lo extraño más que nunca. No sé si debería estar con Ryan, es martes, dijo que estaría hasta el miércoles en Brooklyn, pero decido no ir, es lo mejor que debo hacer, dejar que siga con Grace, pero una pequeña vocecita dentro de mi cabeza me dice que Ryan no está enamorado de Grace, que está enamorado de mí, y que debería verlo.

El sonido de alguien tocando la puerta me asusta, voy y la abro y veo que es Brad.

—¡Hola!, adivina de dónde vengo. —Brad entra al apartamento y se sienta en una de las sillas de la barra de la cocina.

—Si, Brad entra es tu casa. —Le digo sarcásticamente mientras sigo en la puerta.

—He visto que tu sentido del humor sigue contigo, es una muy buena señal, ¿Cómo has estado?

Esa última frase me hace recordar los últimos días, y lo único que hago es empezar a llorar.

Brad viene hacia mí y me abraza, mientras lo hace le digo muy suavemente.

—Grace está embarazada.

Pero Brad no contesta, pero con su abrazo basta para hacerme sentir que está conmigo y que me ayudara a superar esta situación.

—¿Qué vas a hacer Elizabeth? —Me dice Brad mientras nuestro abrazo termina.

—Aun no sé, pero quiero hacer lo correcto. —Le digo mientras me siento en la otra silla de la barra de la cocina.

—Elizabeth, deberías olvidarte de él, desde que lo conoces lo único que ha hecho es hacerte daño.

—Pero lo amo Brad. —Le digo con la voz quebrada.

—Pero él es casado Lizzy, debes de entenderlo y ahora está esperando un hijo.

—Pero no puedo estar sin él.

—Elizabeth, hazme una promesa, termina con Ryan, no lo hagas por Grace, él bebé, Ryan o por ti, hazlo por mí, por tu mejor amigo.

No le contesto a Brad, solo me pongo a pensar, quizá Brad tenga razón, estoy muy mal y si sigo con Ryan va a ser peor, Brad siempre ha cuidado de mí, y todo lo que él me ha dicho que sería lo mejor para mí, lo es.

—Esta bien Brad, lo voy a hacer por ti, dejare a Ryan. 

Una segunda oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora