Daiquiri

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La música está a todo volumen, Brad, Abney y Todd están en la pista de baile, yo estoy en la barra del bar tomando un Daiquiri, estoy sola, veo que la gente se está divirtiendo, pero yo simplemente quiero tomar hasta que no recuerde el motivo por el que estoy aquí.

—Con eso nunca te vas a emborrachar. —Llega Brad a mi lado y me dice gritando.

—No quiero tomar cosas más fuertes, así estoy bien. —Le digo mientras le doy un último trago a mi bebida.

—Deberías hacer el desafío de los seis tragos.

—¿Qué es eso? —Le pregunto mientras él se sienta a mi lado.

—Mira aquellas fotos en la pared.

Volteo hacia donde Brad me indica, una pared está llena de fotos de personas que se ven muy borrachas.

—¿Que se supone que es eso?, ¿Las personas más borrachas del club?

—No Lizzy, en este lugar puedes hacer el desafío de los seis tragos, debes de tomar seis shots del tequila más fuerte que tienen aquí, y lo tienes que hacer en seis segundos, si lo logras, te toman una foto y te ponen en esa pared.

—No pienso hacer eso Brad, es para locos.

—Yo lo intente hace 7 años...no pude Lizzy, realmente poca gente lo logra. Ven vamos a bailar.

—No quiero Brad. —Le digo haciendo berrinche.

—Vienes a bailar conmigo, o te tomas los seis shots de tequila, tú decides.

—Pues no tengo opción. —Me levanto de mi silla y voy hacia la pista de baile con Brad.

Brad empieza a bailar al ritmo de la música, sé que es un buen bailador, pero cada vez que lo veo me sorprende, algunas mujeres y hombres lo ven bailar, Brad siempre es el centro de atención, las personas ven a Brad y luego a mí, seguro que están pensando porque alguien como yo estoy con él. Después de algunos minutos no aguanto y me regreso a la barra del bar.

—¿Qué haces aquí otra vez Lizzy? —Me pregunta Brad aun agitado.

—No quiero bailar Brad, es más, ya quiero irme.

—No, tú no puedes irte, es muy temprano, vamos a ver, si no quieres bailar y no quieres tomar, puedes ir a hablar con un chico y conocerlo, quizá puedas tener una noche salvaje y no hablarle nunca más.

—¡Brad! —Le grito mientras le pego en el hombro derecho.

—Que tiene de malo. —Me pregunta mientras se da un pequeño masaje en el hombro.

—Yo no soy de esas mujeres, ahora déjame sola por favor, vete a bailar porque no pagué tanto dinero por este viaje para que estés aquí platicando conmigo.

—Tú te lo pierdes. —Me dice Brad mientras se va bailando.

Yo sigo en la barra, pido otro Daiquiri al chico de ojos azules que está detrás de la barra, mientras lo prepara, me mira y suelta una pequeña risa y mueve la cabeza, seguramente está pensando que estoy haciendo aquí, tomando sola en Miami. Decido que no quiero ser el motivo de su risa y me levanto de la silla rápidamente y voy al baño.

Trato de pasar entre un grupo de personas que están bailando y tomando, algunas chicas bailan muy "sexy" para mi gusto, a lo lejos veo una chica que esta parada en una mesa, veo que es Abney, está bailando, pero llega Todd y la baja rápidamente, y esa escena me hace sonreír.

Sigo caminando hacia al baño cuando alguien me toca el hombro y me hace voltear.

—Disculpa, ¿esto es tuyo?

Me pregunta un hombre mientras me enseña mi celular con una funda rosa.

—Si, ¿porque lo tienes? —Le digo mientras le quito el celular de su mano.

—Lo encontré en la barra de aquel lado, pensé que era tuyo porque estabas ahí con un hombre.

—Gracias por encontrar mi celular, hombre extraño.

—Perdona por no decirte mi nombre antes, me llamo Alexander.

—Entonces gracias por encontrar mi celular Alexander, mi nombre es Elizabeth.

—¿Quieres ir a tomar algo conmigo?

Lo veo de arriba hacia abajo, es un hombre realmente guapo, lleva unos pantalones negros y una camisa negra, tiene el cabello color negro, que de alguna manera combina perfectamente con sus ojos, además, su sonrisa tan hermosa hace que le conteste que sí.

—Esta bien, iré contigo.

Me toma de la mano y me lleva hasta un área que son solamente sillones y pequeñas mesas en el centro. La música sigue sonando, pero por alguna extraña razón quiero empezar a bailar. En cuanto nos sentamos Alexander me pregunta.

—¿Qué quieres tomar Elizabeth?

—No lo sé, quizá debería tomar un... —Me detengo al ver que Brad viene casi corriendo hacia mí.

—Elizabeth, ten tomate esto. —Me dice Brad mientras me da un largo vaso de vidrio con una bebida que no conozco.

—Gracias Brad. —Es todo lo que puedo decir mientras Brad se va hacia la pista bailando.

—Creo que ya se resolvió el problema de tu bebida. —Me dice Alexander sarcásticamente.

—Si, Brad es completamente raro. —Le digo mientras le doy un sorbo a la bebida de Brad, es realmente fuerte, no tengo idea que es, pero me gustó y le doy otro trago más grande.

—¿Y eres de Miami? —Me pregunta Alexander.

—No, ahorita estoy viviendo en Nueva York, estoy aquí con unos amigos de vacaciones.

—Yo también vivo en Nueva York, que casualidad. Yo estoy aquí porque el estrés de la ciudad me estaba volviendo loco. —Me contesta Alexander con una gran sonrisa.

—Bueno yo estoy en Miami porque...

Entonces recuerdo la razón por la que tome este viaje, para alejarme de Ryan, para dejar de pensar en él, para olvidar que está esperando un bebe y que me ha dejado para estar con Grace. Pero no le contesto eso.

—... estoy celebrando una campaña de publicidad que hice en Nueva York y que fue todo un éxito.

—¿Que bien, eres publicista?

—Si, es lo que me gusta hacer.

Y así seguimos platicando varios minutos, conociendo todos nuestros gustos, y de vez en cuando Alexander me hace reír. Sigo tomando la bebida que me trajo Brad, pero cada vez me hace sentir más relajada, con ganas de bailar o de hacer algo loco. De pronto le pregunto a Alexander algo emocionada.

—¿Has escuchado hablar sobre el desafío de los seis tragos? 

Una segunda oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora