Aun lo quiero

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Cuando llego a mi casa, lo primero que hago es acostarme en el sofá, me pongo una almohada en la cabeza y empiezo a gritar en ella. Me siento muy mal, me gustó haber estado todo el día con Alexander, pero en el último momento un recuerdo de Ryan salió a la luz y me hecho todo a perder, ¿Por qué sigo pensando en el?, y de pronto me doy cuenta que la razón es porque aun lo quiero.

Después de unos minutos de haber estado gritando me levanto y busco la caja color rosa en que viene el anillo que me regalo Alexander. Los dos decidimos por un anillo sencillo con una muy pequeña flor rosa que combina con el color de la caja, decido ponérmelo en el dedo anular de la mano izquierda, no es que deseo casarme con Alexander o tener una relación seria con él, pero pienso que si lo uso en el dedo donde debe de ir en anillo de matrimonio, cada vez que tenga un recuerdo de Ryan, recordare que tengo a Alexander conmigo. Entonces vuelvo a acostarme en el sofá y vuelvo a gritar con la almohada en la cabeza, esta vez porque me siento estúpida porque no puedo olvidar a Ryan y necesito de alguien más que me ayude a olvidarlo, y ese alguien es Alexander.

Me siento en el sofá y empiezo a hacerme preguntas en voz alta.

¿Quiero a Ryan?, ¿Por qué lo extraño?, ¿Quiero a Alexander?, ¿Pase un buen día con él?, ¿Me gusta Alexander?, ¿Me gusta Ryan?, ¿Con quién quiero estar?, ¿Algún día le platicaré a Alexander sobre Ryan?, ¿Qué pensará Alexander si sabe que estuve con un hombre casado?, ¿Se alejará de mí? Sigo con mis preguntas hasta que escucho el timbre de mi celular, veo quien me está marcando y como lo pensé, es Brad.

—¿Estas con Alexander? Porque te puedo llamar luego.

—No estoy con él, estoy en mi casa.

—¿Y qué haces en tu casa?, a esta hora deberías estar con él, en su cuarto, con una copa de vino y haciendo cosas que no te quiero platicar.

—Deja de pensar en eso. Además no tengo ganas de platicar con nadie, mañana te llamo.

Y en ese momento cuelgo en celular. Quiero estar sola y seguir con mis preguntas hasta encontrar una solución a mi problema, el problema que quiero estar con Ryan pero también con Alexander, pero no con los dos al mismo tiempo, ya estoy harta de tener relaciones a escondidas.

De nuevo me acuesto en el sofá y empiezo a gritar, pero esta vez sin la almohada. Sigo gritando pero me empieza a doler la garganta así que decido parar. Otra vez escucho mi celular, pienso que me está volviendo a llamar Brad, pero cuando veo mi celular, no está su nombre, es un número desconocido y decido contestar. Una voz de una mujer se escucha al otro lado de la línea.

—Buenas noches, me comunico con la señorita Elizabeth Haley.

—Sí, soy yo. —Le contesto mientras tomo una almohada y la aviento al otro sofá.

—Le estamos llamando desde el hospital Mount Sinai, esta tarde internamos al señor Ryan Cunningham y tiene su número de teléfono como contacto de emergencia.

—¿Pero él está bien?, ¿Qué ocurrió? —Pregunto mientras me levanto y empiezo a caminar por la sala.

—Tuvo un accidente, le recomiendo que venga al hospital para darle más detalles.

Cuelgo la llamada y salgo de mi apartamento rumbo al hospital. 

Una segunda oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora