Necesito hablar contigo

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2 meses después:

—¿Estas segura de que quieres ir a la entrevista? —Me pregunta Alexander.

—Si, además ya quiero empezar a trabajar de nuevo.

—¿Pero ya te sientes mejor? —Me dice Alexander mientras toma un vaso de jugo en la cocina.

—Estoy bien, creo que es una buena decisión. —Le contesto desde la sala.

—Entonces te veo más tarde. —Se acerca a mí y me da un beso rápido en los labios.

—Adiós Alexander.

—Recuerda que la cita es a la 1:00 p.m. —Me dice Alexander antes de salir del apartamento.

—Adiós... te amo.

Alexander se detiene un momento y me contesta.

—Yo también te amo Elizabeth.

Alexander cierra la puerta y en el apartamento se crea un vacío, no hay ningún sonido como en los últimos meses. Esa es la rutina diaria. Alexander se va a trabajar a las 10:00 a.m. y yo me quedo sola el resto del día. Me quedo sola sin hacer nada, simplemente no me apetece. Abney me ha venido a visitar las últimas semanas, ha llegado de su luna de miel y se ha pasado horas contándome sobre sus aventuras con Todd. La vida de todos sigue como si nada hubiera pasado. Alexander sigue trabajando, Abney y Todd se fueron a disfrutar su luna de miel sin saber que Brad había fallecido un día después de su boda. Todo eso ha llegado a una conclusión, la vida sigue.

Decido que debo de prepararme para la entrevista de trabajo. Así que voy a mi recamara y busco algunos documentos importantes. Encuentro una hoja con todos mis logros en Beauty Light Company, me siento en la orilla de la cama y empiezo a leerlos todos. Dediqué demasiado tiempo y esfuerzo a esa empresa y al final tuve que retirarme. Sigo perdida en mis pensamientos cuando escucho que alguien toca la puerta. Me levanto de la cama y voy a abrir, cuando la abro siento una mezcla de enojo y miedo. Es Cassandra.

—¡Aléjate de mí! —Le grito a Cassandra y trato de cerrar la puerta, pero ella la detiene.

—Necesito hablar contigo.

—Yo no, así que por favor vete antes de que llame a la policía.

—Está bien si no me quieres ver, pero al menos lee esto, es para ti. —Me dice mientras me extiende un sobre blanco.

Veo el sobre por unos segundos, no sé si debo aceptarlo, no tengo confianza en ella y no sé qué es lo que pueda tener.

—Por favor tómalo. —Me dice Cassandra, tomo el sobre y trato de cerrar la puerta de nuevo, pero ella la vuelve a detener.

—Lo siento mucho. —Cassandra se da la media vuelta y se va.

Cierro la puerta y veo el sobre, al final no puedo soportar la curiosidad y lo abro, veo que adentro viene una carta y decido leerla.


Puedo pensar en muchas razones por las cuales tú me odias, me comporté muy inmadura cuando te dije que te alejaras de Alexander. Lo cierto es que he cometido demasiados errores, no tuve autocontrol y eso me hizo hacer demasiadas cosas. Sé que lo último que hice estuvo demasiado mal, te pido que me perdones, aunque sé que nunca lo harás, lo que hice yo no tiene perdón de nadie, pero he estado viviendo con la culpa por los últimos meses, necesitaba confesarte lo que había hecho, ya que es una herida que no he podido sanar...  


Le doy la vuelta a la hoja blanca y leo las últimas líneas de la carta de Cassandra, al ver esas letras, ese nombre, esa última frase hace que algo dentro de mi explote, siento como el enojo recorre mis venas y mis manos empiezan a temblar. Arrojo la carta al suelo y salgo corriendo del apartamento. Llego al ascensor y presiono el botón que está al lado derecho, pero el ascensor no se abre, así que decido bajar por las escaleras, estoy corriendo, y estoy segura de que Cassandra no debe de estar muy lejos de aquí, sigo bajando los escalones a una velocidad rápida, siento como mi cuerpo empieza a agitarse.

Sigo corriendo y salgo a la calle, trato de detenerme ya que veo varias personas caminando por la banqueta, volteo desenfrenadamente buscando a Cassandra pero no consigo verla. Camino entre la gente, estoy desesperada y quiero encontrarla. Al otro lado de la calle veo como camina, como si nada le preocupara. Atravieso la calle corriendo, algunos coches hacen sonar su claxon y uno de ellos casi me toca, pero yo sigo corriendo, Cassandra voltea, y en eso le doy un golpe con el puño cerrado en la mandíbula. Cassandra cae al suelo, yo me pongo encima de ella y le sigo pegando, no sé que estoy haciendo, siento como si estuviera en un trance, solo siento el enojo dentro de mí. Tomo a Cassandra del cabello y le empiezo a dar golpes contra el suelo, de pronto siento que alguien me levanta, y yo sigo dando patadas al aire tratado de herir más a Cassandra.

Un hombre la ayuda a levantarse, veo su rostro y me sorprendo al verla, la sangre le recorre por toda la cara, veo varias heridas y Cassandra escupe sangre.

—¡Te odio! —Le grito con todas mis fuerzas.

Un hombre me aprieta con más fuerza los brazos por miedo a que yo me acerque a Cassandra y le haga más daño.

Escucho unas sirenas de policía a lo lejos, sigo viendo a Cassandra que torpemente puede mantenerse de pie. El hombre que me ha detenido me dice.

—Debes irte, si llega la policía te llevaran a ti.

—Si la policía quiere llevarse a alguien debe de ser a ella. —Le contesto enojada.

El hombre me toma de la mano y poco a poco empieza a retroceder y me lleva con él, es como si todo pasara en cámara lenta, veo a toda la gente que nos observa, veo como llega una ambulancia, veo a dos paramédicos que se acercan a Cassandra, a lo lejos veo que se acerca la policía, y por instinto empiezo a correr rumbo a mi apartamento, me alejo del hombre que me detenía y de todos. Sigo corriendo pero en mi mente voy pensando en la última parte de la carta de Cassandra. 


... yo fui la culpable del accidente que sufriste hace dos meses, pero nunca fue mi plan hacerte daño, siento mucho de que todo se saliera de control y que hayas perdido a alguien muy importante en tu vida, esa no fue nunca mi intención pero si fue mi culpa. Yo fui la culpable de la muerte de Brad. 



Una segunda oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora