Mi parte de la historia

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Voy en mi automóvil y estoy manejando a toda velocidad, es muy noche y aun no puedo creer que Cassandra le haya dicho a Grace y a Alexander de lo que paso entre Ryan y yo. Si Cassandra no me mintió, seguramente Alexander sabe todo, así que sigo manejando rumbo a su casa para dejar las cosas en claro.

Sigo manejando pero siento que el tráfico va más lento de lo habitual, estoy desesperada, quiero llegar lo más pronto posible para poderle dar una buena explicación a Alexander y que no piense lo peor de mí. Continúo manejando y casi sin darme cuenta estoy enfrente de la casa de Alexander. Nunca he estado aquí, estoy delante de la puerta pero no sé si debo tocar. Trato de calmarme un poco y toco la puerta. A los pocos segundos Alexander aparece.

—Elizabeth, ¿Qué haces aquí?

Los últimos segundos trate de calmarme, pero de pronto llega a mi toda la adrenalina y empiezo a hablar casi sin pensar.

—Se lo que te dijo ella, pero no debes creerle... bueno, si deberías, ella tiene razón, pero yo estuve con Ryan porque yo lo quería, y digo quería porque ya no quiero nada con él, ahora solo me interesa mi futuro, no me importa nadie más. —Le digo a Alexander casi sin respirar.

—Elizabeth, ¿Qué te sucede? —Me dice Alexander confundido desde el umbral de su casa.

—Es que fue muy difícil para mí, fui una mala persona, solo pensé en mí, no pensé en las consecuencias, no pensé que le iba a hacer daño a Grace, y me siento aun peor porque Grace está embarazada y aun así regresé con Ryan, lo único que hice fue destruir una familia.

Dejo de hablar, hago una pausa para poder recuperar el aliento, veo a Alexander, se ve confundido así que yo solo agrego una cosa.

—Sé que fue muy malo lo que hice, fui la amante de un hombre casado, y lo peor fue que tuve la oportunidad de ser feliz contigo, pero aun así te mentí, porque estuve con los dos al mismo tiempo y me siento terrible. — Y en la última frase empiezo a llorar.

—¿Me engañaste Elizabeth? —Me pregunta Alexander con una voz muy baja, casi en un suspiro.

—Si, pero yo no quería, y me siento muy mal por eso. Me siento mal por nunca haberte dicho sobre Ryan, siento mucho que te hayas enterado por otra persona. —Le contesto sin despegar la vista del suelo.

—Fuiste... ¿Quién es Ryan?, ¿Quién me dijo sobre eso? Elizabeth no entiendo nada.

—Cassandra, ella te dijo, ella fue.

—¿Quién es Cassandra?

—Tu ex novia, ella me amenazo que si no terminaba contigo...

—¿Cassandra Allen? Ella y yo tuvimos una relación hace mucho tiempo, y hasta el momento hemos sido buenos amigos.

—Pero ella fue mala conmigo, me tenía encerrada en mi propio apartamento. Ella me amenazo.

—Elizabeth, porque tratas de culpar a alguien que no tiene nada que ver en esto. Yo nunca te platique de ella, es más, yo no sabía que la conocías.

—Pero ella me conoce, ella fue la que me busco, la que me amenazo. —Le digo llorando a Alexander.

—Esto es... no puedo creerlo.

—¿Es que acaso no me crees?

—¡Me has venido a confesar que me has estado engañando! ¡Cómo quieres que crea en ti! —Dice Alexander gritando y con lágrimas en los ojos.

—No era mi culpa, Cassandra fue la que me amenazo, ella me dijo que ya sabias, yo solo quería decirte mi parte de la historia.

—Ella nunca vino, hace meses que no hablo con ella. Además, ¿Cuál es tu parte de la historia? No existe una excusa por lo que hiciste.

—Pero debes de creerme, Cassandra me amenazo, por eso estoy aquí.

—Yo no sé cuáles fueron tus relaciones antes de mí, y para ser sincero no me interesan, lo único que me importa es el presente. ¡Y tú... tú me has mentido!

—Yo no te quise mentir, ella fue la culpable, ella nos quiso separar. Ella provoco el accidente de Ryan, ella fue la culpable de que te haya dejado en...

—¿En el restaurante? Cuando me dijiste que tenías una emergencia y que no podrías quedarte. En ese momento tuviste la opción de decirme lo que pasaba realmente en tu vida y pero no confiaste en mí.

—Cassandra fue.

—¡Deja de culpar a Cassandra! —Alexander me grita.

—¿Porque la defiendes? Ella fue mala conmigo.

—No la estoy defendiendo, pero a ella la conozco desde hace muchos años y ella nunca me ha mentido, ¡No es una mentirosa como tú!

—Yo no merezco ser tratada así.

—Nadie te tiene aquí. Pero creo que tú no sabes cómo tratar a la gente, porque siempre piensas en ti misma, no te interesa el dolor de los demás. Me da vergüenza haber sentido algo por ti, una persona tan vacía y tan egoísta.

Me quedo callada viendo a Alexander, simplemente no encuentro las palabras necesarias para expresarle lo que realmente siento.

—No me busques nunca más. —Me dice Alexander y cierra la puerta de golpe enfrente de mí. 

Una segunda oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora